Pumas se da un balazo en el pie al contratar a un personaje de 34 años, que no sabemos si es jugador o entrenador. Aaron Ramsey es el súper refuerzo europeo de los universitarios. No juega desde el 11 de marzo. Se perdió los últimos nueve partidos del Cardiff City por lesión, pero —por extraño que parezca— dirigió los tres encuentros que faltaban para terminar la temporada, después del cese del entrenador turco Omar Riza. Por cierto, el equipo descendió a la Tercera División inglesa.
Es el antecedente más cercano del galés, quien —con su selección— no aparece desde octubre. Ramsey tuvo su momento de esplendor con el Arsenal de la Premier League y la Juventus de Italia entre 2014 y 2021. Después, su carrera se vino abajo, cuando del Calcio pasó al Rangers de Escocia y luego al francés Niza, para cerrar con el Cardiff. A partir de su debut en 2007 (precisamente con el Cardiff), y hasta 2025, son numerosas las lesiones que han mermado la carrera del nacido en Reino Unido. Más de 30, entre problemas de tobillo, rodilla, musculares, por estrés, así como fractura de tibia y peroné.
La llegada de Ramsey sí es para hacer ruido y que la afición universitaria se ilusione con una “contratación estelar”, pero sería bueno que también les dijeran que Aaron aparece en la nómina del agente que representa al ahora técnico de los Pumas, Efraín Juárez. ¿Lo traen para que aporte calidad al equipo o como un favor para que no se quede sin jugar y siga llenándose los bolsillos? Es demasiado obvio que el representante supo estratégicamente dónde colocarlo.
Hasta no ver, no creer, a lo que viene el que alguna vez portó el gafete de capitán con su selección. ¿No aprendió Pumas de Dani Alves, que resultó un petardo?
Ramsey y la supuesta maldición que lo acompaña tendrán cabida en la Liga MX, con un sueldo de casi 50 millones de pesos por temporada. Tengo dudas de que funcione. Ojalá que me equivoque.
@elmagazo