La escena de aquella mañana me hizo darme cuenta de que las emociones nos ayudan a percibir la vida, como si fueran un sentido adicional a los cinco que ya conocemos. Éstas no surgen de la cabeza, son la voz del alma.
Mientras presenciaba este acontecimiento, me quedó claro que creemos haber superado la ausencia de un ser querido hasta que ocurren cosas inesperadas que, de pronto, nos golpean.
Después de aterrizar en el aeropuerto, salí a encontrarme con la persona que me recogería. Cerca de mí se encontraba una joven de pelo negro y largo en las mismas circunstancias. Intercambiamos un par de frases. Tras unos minutos, un hombre llegó por ella con un ramo de flores blancas envueltas en celofán. Se abrazaron con el ansia y el anhelo que solo los amantes tienen por verse después de un tiempo separados. Permanecieron entrelazados durante un largo rato en un abrazo apretado con el que, sin decirse nada, se decían todo.
Hipnotizada, me quedé viendo la hermosa escena que se desarrollaba ante mis ojos. El abrazo ha sido la inspiración de los artistas a través de los tiempos, es algo que le da sentido a nuestra vida, nos hace vibrar, crear y querer vivir o, incluso, provoca guerras. Me di cuenta de que ser este testigo mudo hizo que el corazón se me contrajera como si me hubieran metido un puñal en el centro del pecho. La emoción que sentí era una envidia enorme, envuelta en una nube gigante de nostalgia.
Si tienes a alguien que te reciba así al llegar, donde el “yo” se convierte en un “nosotros” querido lector, querida lectora, sea quien sea, da gracias a diario, tres veces al día, al menos durante un mes. Después de la salud, nada es más importante en esta vida que un abrazo prolongado. Significa amar y ser amado. Una vez que estás dentro de ese círculo mágico, todo, absolutamente todo, es más llevadero, más gozoso: perfecto.
El amor es la expresión más elevada de la conciencia, experimentarlo es el privilegio más grande y lo que le da sentido a esta existencia. Una vez que te has enamorado de una pareja, un hijo o un nieto que corre a tus brazos cuando te ve, sabes lo que es sentir la armonía absoluta dentro de ti, estar en el cielo aquí y ahora. Una vida sin este sentir, se torna estéril.
Cuán cierto es aquello de que en los aeropuertos vemos los abrazos más sinceros y en los hospitales escuchamos las oraciones más genuinas. Las emociones son un lenguaje que, por lo general, reprimimos. Ellas nos hablan, nos enseñan, nos detienen o nos lanzan con los ojos cerrados al mundo. Y es también por medio de ellas que nos conocemos mejor.
En ese instante, la emoción me hizo sentir que no hay nada que valga más en esta vida que un abrazo amoroso, prolongado y del alma; cuánto significa y lo bien que nos hace, en lo físico, lo emocional, lo mental y lo espiritual. No existe joya ni posesión más valiosa.
Al subirme al coche cuando llegaron por mí, quise conectar mi música al sonido del auto, pues haría dos horas a mi destino. Pero había olvidado que no tenía conexión celular para obtener datos, pues me encontraba en el extranjero. Para mi sorpresa, la canción que sonó fue Goin’ Out of My Head, melodía que Pablo y yo habíamos hecho nuestra desde novios. Al terminar, comenzó de nuevo. Extrañada indagué en mi lista de música. ¡Era la única descargada! ¿Por qué, a qué hora había sucedido eso? Mientras observaba con una sonrisa el paisaje desde mi ventana, supe que él, había llegado a mi lado, estaba conmigo y me abrazaría las dos horas que duraría el trayecto.