Las principales piezas constitucionales del Plan C están ya colocadas. Falta una sola, la reforma político-electoral. Todo indica que llegará inevitablemente. Solo la unidad de la oposición con amplia convocatoria la podría impedir, pero ni siquiera se les ocurre por instinto de sobrevivencia. Con las pinzas completas Morena lo tendrá casi todo: la fuerza militar, la administración pública federal, el dominio del Congreso y, por lo tanto, de la legislación; el control del poder judicial, por el que todo diferendo con el poder será decantado en su favor y por el que todos los derechos de los mexicanos dependerán de quien ocupe los puestos de poder, o sea, de la Nomenklatura de Morena. El domingo veremos la consumación de la apropiación de jueces, magistrados y ministros, y quedarán perfiladas las piezas de una impartición de “justicia” sin velo, sin balanza y sin vergüenza, pero sí con la espada.
Ningún órgano del sistema político será obstáculo para la nueva aplanadora. Pareciera una construcción apresurada de un nuevo PRI en sus versiones 1929-1978, pero es algo más. El viejo partido de la revolución mexicana tenía oficio para lo bueno (era filantrópico) y para lo malo (era represor). Tenía una vocación pragmática para el acomodo y el entendimiento de las oportunidades que ofrecía cada momento del orden interno y externo. El nuevo poder morenista reparte tarjetas con limosnas y exige lealtad sin fisuras, es rígido de entendederas y aferrado a cadáveres insepultos como las dictaduras cubanas, venezolana y nicaragüense. Algunos de sus intelectuales orgánicos ven en el “modelo” chino la “estrella luminosa” de un capitalismo de Estado pujante. Y esos también admiran la beligerancia del gobierno de la Federación Rusa. En ambos tienen simpatías y con ambos construyen alianzas. Las embajadas mexicanas de las dos autocracias mayores no habían tenido tanta ebullición como ahora que están repletas de emisarios. Se olvidan muy pronto del chiste soviético que decía y sigue diciendo “un comunista es alguien que ha leído a Marx y un anticomunista es alguien que lo ha entendido”. Los izquierdistas de manual de la 4T no han entendido; quieren repetir paso a paso las instrucciones del catecismo. No faltan los extraviados que ven en Corea del Norte un ejemplo a seguir.
¿Qué seguirá después de la captura judicial por el poder populista? A corto plazo la preparación de las elecciones de 2027 en las que buscarán repetir los resultados efectivos de las de 2024: una legislatura morenista hasta los topes, inclusive más allá de la mayoría calificada, aun teniendo un flanco vulnerable en el Senado, donde podría fallarle el conteo. Ya sin el estorbo de los límites que imponía la representación proporcional, el cálculo electoral será obtener más curules para Morena que para sus aliados, que perderían su palanca si se adopta la reforma electoral del Plan C. A menos que consigan neutralizar esa reforma por dañina para sus intereses y si Morena no los convence de meterse en la misma olla a cambio de prebendas temporales.
La mezcla ideológica y programática que los caracteriza contradice diariamente su declaración de principios. Esta le sirve para el lavado de cara, pero los hechos hablan por su cuenta, son esos “otros datos” que a la élite morenista no le interesa atender. La concentración de poder a toda costa y la desaparición de toda oposición con capacidades efectivas para competir y alternar en el poder. Los métodos electorales y de gobierno no dejan lugar a duda. Desde el severo retroceso que sufrieron en 2021 por órdenes de la presidencia aplicaron todos los recursos legales e ilegales para garantizar el triunfo en 2024, violando todas las reglas de equidad que ellos mismos habían contribuido a establecer. Y en el gobierno su estrategia dominante es la concentración de poder y la subordinación de los derechos de las personas a su voluntad, suprimiendo en la práctica los medios independientes de defensa de las garantías se habían conseguido gracias a la democracia. Todo esto es lo que seguirá.
Francisco Valdés Ugalde
Investigador del IIS-UNAM. @pacovaldesu