En los últimos 71 meses en nuestro país se ha impuesto una narrativa en materia de seguridad y justicia que cada vez más se disocia de la realidad: “vamos bien, los delitos van a la baja”; “no hay militarización”; “gracias a los programas sociales los jóvenes ya no participan en los fenómenos delictivos”.

De nada sirvió el cambio de gobierno, el aumento de la violencia, los actos de terror que ejecuta la delincuencia, las ejecuciones extrajudiciales cometidas por militares, el discurso ꟷtanto en formas como en contenidoꟷ sigue siendo el mismo.

Mientras el pasado 28 de octubre el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, afirmó que los homicidios van a la baja, en el país se han registrado desplazamientos forzados, autos bomba, ataques con drones, magnicidios, ciudades sitiadas.

Lo más sorprendente de tal disociación son los datos que toman como referencia para sustentar sus dichos. García aseguró que el homicidio bajó 25% si se comparan los primeros 28 días de octubre de 2024 contra los 31 días de mayo de 2019. ¿Cuál es la lógica de tal comparación? ¡Ninguna que se apegue a rigor metodológico!

Mientras la presidenta Sheinbaum, su gabinete, los legisladores e integrantes de su partido insisten en que en México no hay militarización de la seguridad federal ꟷtras haberse consumado la reforma constitucional que transfirió la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa y que se haya despedido a todo el personal civil de la Guardiaꟷ, en los primeros 31 días del actual gobierno federal integrantes de la GN, del Ejército y la Marina han sido acusados de ejecutar extrajudicialmente a personas, secuestrar, delinquir, extorsionar y matar a inocentes debido a malas actuaciones.

Pese a que la narrativa oficial insiste en que las transferencias directas de dinero a la población ꟷetiquetadas como programas socialesꟷ han sido efectivas para que los jóvenes no se involucren en la delincuencia, esta misma semana un joven oaxaqueño fue rescatado de ser reclutado por el Cártel de Sinaloa, tras ser enganchado mediante un videojuego.

¿Por qué un joven dejaría su comunidad para incorporarse a un grupo delictivo a mil seiscientos kilómetros de su hogar? Porque las personas participan en los delitos por una serie de razones ꟷcomo la necesidad de pertenencia, la cercanía con la violencia, dependencias, anhelo de poderꟷ mucho más poderosas que la mera necesidad económica.

A cada uno de nosotros debe preocuparnos que el gobierno federal siga describiendo una realidad absolutamente disociada de la realidad, que manipule información para sustentar sus dichos y que mantenga vivos programas caros, que no son evaluados objetivamente y nacen de diagnósticos sesgados.

Y aún más, nos debe preocupar que tal pérdida de contacto con la realidad del gobierno federal mantendrá vigente la misma estrategia que una y otra vez ha fracasado.

Director del Observatorio Nacional Ciudadano. @frarivasCoL

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