Los primeros 100 días del gobierno de la presidenta Sheimbaum se han caracterizado por una marcada diferencia con su antecesor en materia de seguridad.

En los primeros 3 meses de la actual administración se han observado más operativos, coordinación entre autoridades, detenciones y compromisos tangibles por combatir los delitos respecto a los 6 años del expresidente López.

Si bien Sheinbaum recibió el país con una grave crisis de incidencia delictiva y violencia -en la que destacan negativamente los casos de Sinaloa y Chiapas-, el actuar de su gobierno fue rápido y el titular de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) se movilizó, coordinó con diferentes autoridades federales y estatales para ejecutar acciones necesarias que mandaron el mensaje que el Gobierno Federal no permitirá la ingobernabilidad.

Sin embargo, el compromiso y los operativos bien planeados aún están lejos de reducir los homicidios dolosos, las extorsiones, el robo de hidrocarburos, los robos a transporte de carga, el tráfico y trata de personas, el narcomenudeo y otros delitos que afectan a nuestra sociedad.

La recuperación de la paz y el fortalecimiento del Estado de Derecho tardarán mucho tiempo. Si perder la seguridad es muy fácil y puede ser muy rápido, recuperarlo es un proceso largo y arduo.

Reducir el control de los grupos delictivos, derivado del abandono del gobierno de Lopez por combatir los delitos y por la destrucción de las instituciones de seguridad y justicia, requerirá mucho tiempo, liderazgo y muchos recursos económicos.

Recordemos que en el sexenio pasado las policías y fiscalías estatales perdieron cerca del 40% de sus recursos -lo que implica menos capacidad para cumplir con su función- mientras que las policías municipales llevan cuatro años, sin un solo centavo para capacitarse, equiparse, fortalecerse o tan sólo dar mantenimiento a patrullas e insumos para desempeñar su cargo.

Desde el mismo nombramiento del titular de la SSPC y de los subsecretarios se nota una gran diferencia entre un sexenio y otro. Mientras que López nombró al exsecretario particular de Fox y exdiputado Alfonso Durazo, y luego a la periodista y funcionaria (de Desarrollo Social, Desarrollo Rural y Puertos) Rosa Rodríguez -ambos neófitos en materia de seguridad-, Sheinbaum nombró a un experto, Omar Garcia, con la capacidad y la trayectoria para diseñar y ejecutar una estrategia sólida.

Por ello, sorprende que esta nueva administración repita una narrativa engañosa. En vez de destacar el cambio de estrategia, los procesos y logros obtenidos hasta el momento, el pasado 9 de enero se destinó parte de la “mañanera del pueblo” a destacar la reducción del homicidio doloso en los primeros 100 días del gobierno de la presidenta Sheinbaum.

Para demostrar tales logros se usaron métodos engañosos, tal y como hacía el gobierno del expresidente López. Se compararon los últimos tres meses del año contra los primeros nueve; se usaron bases mixtas de análisis como son los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública -que corresponden a las carpetas de investigación que inician las fiscalías de todo el país- con la información que publica anualmente INEGI -y que proviene de las hojas de defunción del sector salud-.

Además, para mantener la narrativa que los gobiernos morenistas van muy bien, se compararon los números absolutos de homicidio de tal suerte que Guanajuato resultase la entidad más violenta de 2024.

Sorprende porque los funcionarios de Sheinbaum son expertos en metodología y saben que la manera más correcta para comparar y analizar la violencia es mediante tasas por cada 100 mil habitantes.

Claro, si hubiesen sido estrictos metodológicamente, Guanajuato no aparecería en primer lugar como la entidad más violenta del país, sino en el séptimo lugar y hubiera quedado evidenciado que las entidades más violentas son gobernadas por Morena.

¿Por qué si hay resultados qué presumir en materia de seguridad, el gobierno de la presidenta Sheinbaum prefirió manipular datos? Probablemente porque si hubiese presentado la información tal y como debería ser hubiesen raspado al gobierno del expresidente López que fracasó rotundamente en materia de seguridad.

Para señalar que ahora sí hay operativos y resultados, se debería señalar que durante todo el sexenio pasado hubo simulación y fracasos.

Para describir con apego a la verdad el mapa de la violencia, se debería reconocer que los estados más violentos del país son gobernados por el partido del expresidente y de la actual presidenta.

Es lamentable que un gobierno que arranca con el pie derecho en materia de seguridad elija la simulación de datos como mecanismo de comunicación.

Ojalá el gobierno de la presidenta Sheinbaum, siga con el compromiso de recuperar la paz de los mexicanos, ejecute adecuadamente su función, rompa con la narrativa del pasado y se comprometa a presentar datos fidedignos.

Director del Observatorio Nacional Ciudadano

@frarivasCoL

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