En poco más de dos semanas los residentes de la capital votaremos para elegir a nuestro próximo Jefe de Gobierno. Acudiremos a las urnas en un contexto en el que tanto la incidencia delictiva de la Ciudad de México, como la de las entidades aledañas y la del país en general, se mantienen con tendencia al alza y los resultados en términos de desarticulación de grupos delictivos, reducción del control territorial de los criminales, la sanción de lo ilícito y la atención a las víctimas, empeoran.
La narrativa oficial exalta presuntos resultados de reducción de delitos en la capital de nuestro país. La candidata oficialista a la presidencia de la República, quien gobernó esta ciudad los últimos 5 años, afirma que hubo casi 50% de reducción de delitos, particularmente aquellos violentos como homicidios y feminicidios.
¿Qué dicen los datos oficiales? Que en esta administración bajaron los secuestros 26%; la extorsión 23%; el robo a casa habitación 32%; el robo a negocio 2% y el robo de vehículo 38%.
En contraste, los homicidios dolosos aumentaron 16%; los feminicidios 46%; los otros delitos que atentan contra la vida y la integridad personal 1,712%; las desapariciones de personas 1,359%; los delitos que atentan contra la libertad personal 153%; la violencia familiar 109%; el robo en transporte público 32%; los robos a transeúnte 7%; el narcomenudeo 130%; las violaciones 268%.
Todo ello, sin considerar los subregistros y maquillaje de cifras. Por ejemplo, según el INEGI, en esta administración crecieron 40% las muertes violentas no determinadas, es decir, aquellos casos de víctimas de homicidio que la autoridad no investigó, no clasificó ni agregó a la estadística oficial.
Es por ello que, ante la grave crisis delictiva y violencia de la Ciudad de México, el debate de este domingo debió haber sido un espacio para evaluar la mejor oferta de seguridad por parte de los candidatos.
Lamentablemente el ejercicio que vimos se centró en discutir la calidad moral de los candidatos y cuál, entre Benito Juárez o Iztapalapa, es la alcaldía más segura.
Es cierto que, con los pocos minutos que el debate destina al tema, era difícil que cada candidato expresase con claridad el contenido de una propuesta tan compleja como es la de seguridad y justicia. Sin embargo, la dinámica tampoco favoreció un diálogo serio.
La candidata oficialista Brugada, habló de su proyecto Visión 360 para favorecer el uso tecnológico de las autoridades locales y federales en el combate a los delitos; propuso aumentar el alumbrado público, crear un hospital para policías e instalar un consejo consultivo de seguridad en el que participen el ex jefe de Gobierno Ebrard, el ex secretario García y la ex fiscal Godoy.
Taboada habló de fortalecimiento institucional y uso de la inteligencia para combatir los delitos; enfatizó en la mejora de las condiciones laborales de los policías, en la creación de una fiscalía especializada en atender los delitos de género, en reformular horarios y turnos para hacer más efectivo el combate a los delitos. También explicó que la tecnología debe permitir la articulación entre las diversas autoridades.
Chertorivski aseguró que en la capital hay 20 mil delincuentes responsables de la gran mayoría de los delitos, por lo cual su detención es imperativa; habló de consolidar la policía capitalina, la bancaria y la auxiliar en un único cuerpo; prometió abatir el enorme porcentaje de delitos que quedan impunes en la capital -más del 99%- y también habló de las condiciones laborales de los policías.
Evidentemente, ninguno de los tres explicó las fortalezas y áreas de oportunidad de cada propuesta, los procesos de implementación, los costos de su política, las posibles reformas legales, los actores sociales involucrados, los indicadores de desempeño y de resultado, ni las estrategias alternas en caso de nuevos retos que puedan llegar a surgir.
Con base en la experiencia de elecciones precedentes y conscientes que el debate poco ayudaría a entender la calidad de cada propuesta de seguridad, en el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) invitamos a dichos candidatos a dos ejercicios: (1) asistir al foro “Por una Ciudad de México Segura” donde presentarían por 30 minutos su propuesta de seguridad y justicia, responderían cuestionamientos puntuales de 3 expertos y preguntas del público asistente por 15 minutos y (2) a contestar un cuestionario de 300 preguntas muy específicas acerca de dicha materia.
Loa expertos que participaron en el foro fueron Mariana Campos, directora de México Evalúa, y los periodistas Ana María Salazar y Héctor de Mauleón. A mi cargo estuvo el diagnóstico inicial y la moderación de la mesa; entre los asistentes destacaron académicos, activistas, expertos y comunicadores -para los interesados el evento se puede ver en la página de Youtube del ONC-.
Taboada y Chertorivski mostraron disponibilidad y temple ante los duros cuestionamientos, pudieron hablar de procesos, presupuestos, indicadores y retos. Lamentablemente, Brugada canceló de último momento argumentando problemas de agenda.
Por lo que refiere al cuestionario -parte del proyecto Por un México Seguro, en el que desde 2018 se invitan a todos los candidatos a la presidencia de la República y a las gubernaturas a exponer con detalle su propuesta de seguridad y justicia- sólo Taboada participó en tiempo y forma.
Pese a que en un principio Chertorivski había accedido a participar, al final nada entregó. Por su parte, Brugada ni siquiera contestó la invitación.
Para nosotros en el ONC, una organización que hemos dedicado nuestro esfuerzo a analizar la política de seguridad del país, a proponer soluciones, a donar nuestro trabajo y también a criticar con objetividad las fallas, nos parece positivo que Taboada se abra a la transparencia y al diálogo con la sociedad; nos gustaría haber visto mayor disponibilidad de Chertorivski y consideramos absolutamente negativo que Brugada ni dialogue, ni escuche, ni se abra a la sociedad civil especializada, a los académicos y las víctimas del delito.
Sin poder demostrar que un candidato cuenta realmente con un plan ¿por qué deberíamos votar por él o ella? Particularmente si consideramos que (1) sí hay quien demostró con los hechos conocimiento y disponibilidad y (2) tiene resultados que demostrar.
Recordemos que con base en la información de INEGI, la alcaldía Benito Juárez es la más segura del país -en contraste, Iztapalapa la más insegura de la capital-.
El próximo 2 de junio los chilangos votaremos, espero que el voto premie el conocimiento, los resultados y la transparencia y castigue la cerrazón y mentira.
Director del Observatorio Nacional Ciudadano
@frarivasCoL