La semana pasada la ejecución de dos altos funcionarios del gobierno capitalino, Ximena Guzmán y José Muñoz -quienes se desempeñaban respectivamente como secretaria particular y coordinador de asesores de la Jefa de Gobierno, Brugada-, encendió las alarmas en torno a la seguridad en la Ciudad de México.
Es evidente que la ejecución fue consumada por profesionales, según los autoridades capitalinas por lo menos 4 personas participaron en el doble asesinato; los disparos del homicida fueron certeros y sin titubeos; el escape impecable y bien planeado.
El doble homicidio requirió de recursos y complicidades, no fue un hecho delictivo común, probablemente fue obra de la delincuencia organizada y su significado representa un grave riesgo para quienes vivimos y simplemente se encuentran de paso por la capital del país.
La presencia y operación de grupos criminales, nacionales y trasnacionales en la Ciudad de México ha sido motivo de discusión y debate. Ya desde el sexenio 2000-2006, cuando el expresidente López Obrador se desempeñó como jefe de gobierno, se debatía el alcance de la delincuencia organizada en la capital del país
Tanto López, como sus sucesores Ebrard y Mancera, negaron repetidamente que en el entonces Distrito Federal, operasen los principales grupos delictivos del país.
Cada vez que en la capital un hecho violento grave ocurría, un crimen que pudiese ser relacionado con la delincuencia organizada, tanto el jefe de gobierno en turno como su gabinete, se apresuraban a negar que así fuese y se dedicaban a desacreditar tales señalamientos.
Lamentablemente, negar la evidencia genera resultados adversos. Cuando no se investiga un hecho delictivo con seriedad, se permite que la impunidad sea la gasolina que permite crecer y prosperar a los delincuentes y así fue, en poco tiempo la extorsión, la piratería, el contrabando, la trata de personas, creció de la mano de aquellas actividades relacionadas con el narcotráfico y el narcomenudeo.
Una evidencia de ello es que en pocos años el porcentaje de homicidios dolosos cometidos con arma de fuego pasó de menos del 50% a más del 70%.
Fue la actual presidenta Sheinbaum, en su función como mandataria capitalina, quien por primera vez reconoció que en la Ciudad de México hay una fuerte participación de los principales grupos delictivos.
Como respuesta a ello, nombró a un experto -un ex Policía Federal-, Omar Garcia, como Secretario de Seguridad Ciudadana, quien se dedicó a perseguir a dichos grupos criminales.
Pese al compromiso y acciones de García y su sucesor, Pablo Vázquez, es evidente que la criminalidad organizada en la Ciudad de México ha seguido con su operación y que el doble homicidio de Ximena y José fue perpetrado por ellos.
Dicho crimen contrasta con la narrativa oficial que en la Ciudad de México hubo una gran disminución de los delitos y la violencia. Un doble homicidio de dos importantes funcionarios, ejecutado a plena luz del día, en un horario de gran actividad social y en un lugar tan céntrico, sólo puede ocurrir si los delincuentes cuentan con los recursos y el control territorial suficiente para llevarlo a cabo de manera exitosa.
Dado que el doble homicidio no es un hecho delictivo común ¿qué significó? ¿Era un mensaje? ¿Para quién? ¿Para la Jefa de Gobierno, para su partido o incluso para la presidenta de la República? ¿Cuál es el contenido de dicho mensaje? ¿Quién lo manda?
Si bien es pronto para que se responda a todo ello, es importante que un crimen de esta naturaleza se esclarezca a la brevedad, se le brinde justicia a las víctimas y se sanciones a los delincuentes.
De igual manera, es importante que la investigación desarticule todas aquellas redes delictivas y de corrupción que permitieron que dicho crimen ocurriese.
Recordemos que la violencia política se ejecuta con el fin de doblegar a autoridades para que el Estado sea pasivo frente a los diversos crímenes e ilegalidades que tanto daño le hace a toda la sociedad. El doble homicidio de Ximena y José puede esconder una agenda muy peligrosa para la gobernabilidad de la capital e incluso de nuestro país.
