¡Qué mala primera semana -por lo que se refiere a la violencia en el país- para la administración de la presidenta Sheinbaum!
Los 580 homicidios ocurridos desde el arranque del sexenio son sólo un “mínimo” recordatorio de que la violencia en el país no se ha acabado y una evidencia más que la narrativa que insistía que el gobierno de López había logrado reducir dichos fenómenos, siempre fue falsa.
Entre tales hechos delictivos sobresalen dos casos en particular, la matanza y lesiones a migrantes inocentes en Chiapas, por parte de nuestros militares, y dos magnicidios en Chilpancingo.
En su segundo día como comandanta de las Fuerzas Armadas, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) atacaron a tiros a 33 migrantes de diferentes nacionalidades que viajaban en carreteras de Chiapas.
El ataque armado fue una mala actuación de los militares que le costó la vida a 6 personas y dejó a otras 12 heridas.
Cuatro días después se consumó el homicidio del presidente municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos, quien resultó electo por la alianza PAN-PRI-PRD y había asumido el cargo el pasado 1 de octubre.
Arcos fue decapitado y su cabeza y cuerpo quedaron públicamente expuestos, pocas horas después de que su secretario general en el ayuntamiento, también fuese asesinado.
Estos dos casos ejemplifican lo mal que se encuentra nuestro país: un Estado militarizado que no logra ser eficaz para contener la violencia, que en su falta de preparación para atender la seguridad pública, termina por ejecutar a personas inocentes, mientras que la delincuencia organizada actúa con total impunidad y es capaz de matar a las mismas autoridades.
Si bien es muy pronto para señalar como responsable de las matanzas que a diario ocurren en nuestro país al actual gobierno, sí es hora de recordarle a la presidenta que ahora le toca a su gobierno implementar una política de seguridad y justicia que logre reducir los delitos y la violencia que día a día nos aquejan.
Precisamente hoy la presidenta Sheinbaum presentará su estrategia de seguridad ¿qué debemos esperar? Si hacemos caso a sus declaraciones -tanto las de campaña como las de su primera semana como mandataria- su estrategia será una calca de la política fallida del gobierno de López.
De ser así, el llamado “segundo piso de la 4T” se construirá sobre los mismos abrazos que tuvieron como efecto 200 mil víctimas de homicidio doloso, más de 51 mil de desaparición de personas y una delincuencia organizada que controla gran parte del territorio nacional.
Además, debemos recordarle a la presidenta Sheinbaum que hereda de López una arquitectura institucional sumamente disfuncional, en la que, debido a la reforma constitucional que cristalizó la absoluta militarización de la seguridad, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana es en teoría, rectora de la política de seguridad, mientras que la Sedena es la responsable de ejecutarla.
Que trabajará con fiscalías y policías locales debilitadas tras un sexenio de continuos recortes presupuestales y deberá establecer mecanismos de cooperación internacional con aquellos países a los que el expresidente López una y otra vez culpó de ser los responsables de la violencia en México.
Por el bien de México esta nueva administración federal debería proponer una política que sí asuma su responsabilidad y proponga acciones contundentes en contra de los fenómenos delictivos que aquejan a los mexicanos.
En breve podremos analizar si este gobierno ofrece más de lo mismo o busca verdaderamente recuperar la paz para los mexicanos, en su primera semana, ya tuvo un recordatorio de la violencia en nuestro país, esperemos que no necesite más.
Director del Observatorio Nacional Ciudadano
@frarivasCoL