En la semana que recién concluyó, en los diversos círculos del sector turístico corrió con gran preocupación y acaso incredulidad la cancelación de la participación de México en calidad de país invitado en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se llevará a cabo el próximo enero en Madrid, España.
La nota alimentada por trascendidos en espacios periodísticos y por un normal teléfono descompuesto, adicionada por un vacío de información oficial, parecía situar el tema dentro del escenario político a propósito de las tensiones recientes en la relación bilateral. Algunas versiones apuntaban a que esta situación obedecía a una decisión de la actual administración federal.
De acuerdo con la información de la que dispongo, de ninguna manera hay elementos para soportar este posicionamiento. Todo apunta a un tema de carácter puramente comercial, detonado y potenciado por un conjunto de hechos en los que hay que incluir la abdicación en las tareas de promoción turística por parte de la Secretaría de Turismo del gobierno anterior y un desafortunado intento de asumirlas por parte de la Unión de Secretarios de Turismo de México (Asetur) o de quien la encabeza.
Al respecto, conviene tener presente lo que se indicaba en el comunicado de prensa 023 de la Secretaría de Turismo del 25 de enero de 2024, en el que se festinaba el hecho de que México tendría la citada condición de país sede de la feria y se citaban declaraciones del entonces titular de la dependencia que textualmente decían “…destacó (el exsecretario Miguel Torruco) el valor tan extraordinario (sic) que va a representar la colaboración de México con Fitur, en un momento en el que se hace indispensable alinear los intereses de todo el país para proyectar al mundo el potencial turístico de cada uno de los rincones de México e impulsar la visibilidad de la marca país México, junto a uno de los grandes referentes del turismo internacional como es Fitur”.
Y no es que con algún resquicio del exiguo presupuesto destinado a la promoción, desde la Secretaría de Turismo se pensara asumir el compromiso. El fallido camino que se imaginó fue el que la mencionada asociación asumiría el pago de un millón de euros que supone este compromiso. La dura y dolorosa realidad es que, aunque se realizó el pago de un anticipo, el cochinito no se armó y no fue posible honrar la palabra empeñada.
Dado lo anterior, la papa caliente le cayó a la secretaria Josefina Rodríguez, quién encomendó a parte de su equipo el que ‘desfacieran’ el entuerto y, en mi opinión, la tarea fue realizada de manera espléndida para mantener el compromiso, pero logrando una tregua en lo que concierne al aspecto económico. Así las cosas, encontraron una salida que acomodara a las partes, posponiendo un año el asumir la condición de país sede, sin que esto suponga la cancelación de la participación de México en la edición 2025 de Fitur.
Considero que quedan varias lecciones luego de lo que hemos visto. Tal vez la más relevante sea el replanteamiento de las responsabilidades en materia de promoción turística, mismas que, de ninguna manera, pueden ser delegadas y requieren ser plenamente asumidas por el gobierno federal. El tema da para ser llevado e incorporado en la legislación en la materia.
ANIVERSARIO
En días pasados iniciaron los festejos por el 50 aniversario de la Escuela Superior de Turismo del IPN; su nacimiento se remonta a una peculiar alineación de los astros entre 1974 y 1975 que darían lugar a la fundación de importantes organizaciones, que incluyen la Secretaría de Turismo, el Fonatur e incluso la propia Organización Mundial del Turismo.
En un sector que por su naturaleza es un demandante intensivo de capital humano, la contribución de una institución del Estado mexicano a esta crucial tarea de ninguna manera puede pasar desapercibida.
Hoy, quienes llevamos sangre guinda y blanca en las venas nos damos el gusto de reafirmar ¡Politécnico, gloria!
Director del Sustainable Tourism Research Center (STARC) de la Universidad Anáhuac Cancún
X: @fcomadrid