Revelaciones espectaculares hizo el Director General de PEMEX, durante la conferencia mañanera del Presidente de la República del pasado 3 de marzo; expuso que había recibido comunicaciones de la empresa norteamericana Vitol INC, envíos informativos sobre sobornos de parte de directivos de dicha empresa y su filial Vitol S.A, entregados por directivos de dichas firmas a personal de Pemex entre 2015 y 2019.

Además del dato de por sí impactante, el titular de Pemex afirmó que el motivo de la empresa estadounidense, al emitir las comunicaciones, fue ofrecer la reparación del daño económico a la paraestatal. Algo desde luego conveniente.

Sin embargo, después de esa buena noticia para el Estado mexicano, no se volvió a saber nada. Es cierto, las revelaciones -seguramente- aludían a los receptores de tales sobornos y esa, sin duda, es materia informativa para echar a andar al seno de Pemex una serie de gestiones para investigar y sancionar a los responsables, acciones ante la Fiscalía General de la República.

Precisamente, eso es lo que provocó la idea de esta columna, resulta que Pemex negó la información solicitada por vía de la Plataforma Nacional de Transparencia. El reclamo informativo es (porque no se ha satisfecho) que se entregaran las cartas y cualquier comunicación entre Vitol INC a Pemex entre diciembre de 2019 y abril de 2021. La paraestatal respondió que no podía entregar esa información porque estaba reservada conforme a la ley, toda vez que forma parte de una carpeta de investigación seguida por la FGR. Inconforme con esa situación el particular formuló un recurso ante el INAI.

En principio, como regla en esos casos, la reserva tendría justificación; porque efectivamente, la documentación de los expedientes de averiguaciones previas, ahora se denominan carpetas de investigación, son objeto de reserva. Pero en el caso que nos ocupa, cabía invocar la excepción a esa regla. ¿Porqué? Resulta que el contexto en que se dio a conocer de la existencia de ese asunto fue en una conferencia mañanera del titular del Poder Ejecutivo Federal y en esa atmósfera la trascendencia del asunto de interés general subraya su naturaleza pública. Lo que se exige a Pemex es revelar el contenido de tres comunicaciones, dos cartas y un oficio y correos electrónicos del Director de Pemex acusando de recibido y, seguramente, añadiendo alguna información que se estima importante conocer.

A propósito de las conferencias matutinas del Presidente de la República, sello de su estilo de gobernar, indudablemente, la naturaleza de las conferencias consiste en un esquema de exposición de aspectos de la función pública que encabeza; desde esa lógica, no existe duda que su intención es darle publicidad a decisiones, planes o proyectos que frente a las cámaras refieren sus colaboradores, según el ramo o el tema. Además, las referencias de esos sobornos fueron divulgados por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, y para cumplir con la resolución del INAI se debe entregar la información, porque debe contener la vía para la eventual reparación del daño. Otra cosa son las indagatorias que se sigan contra presuntos responsables funcionarios de Pemex y, en su caso, en algunos casos sus nombres podrían ser testados mediante versión pública. Esperamos que así ocurra.

Comisionado del INAI 

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