Mañana se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Habrá una gran marcha. En las calles, a lo largo y ancho de toda la nación, escucharemos música de intérpretes mexicanas y discursos de aguerridas representantes del movimiento. Los padres de familia desearemos que nuestras hijas regresen sanas y salvas a casa y que, al día siguiente, el mundo sea más justo con ellas, que no tengan que batallar ni sufrir las consecuencias de haber nacido en un país con tantos hogares, escuelas, oficinas y gobiernos machistas.
El 8 de marzo es un día propicio para recordar los rostros y escuchar las historias de tantas mujeres de México que no sólo han defendido su causa, sino que han representado dignamente a su género. Yo quiero hablar de Lupita...
Lupita, la marchista, la que ha tomado las calles de distintas ciudades, pero para poner en alto el nombre de esta tierra, con los colores de nuestra bandera, en las Olímpicos y Mundiales de caminata, donde llegó en primer lugar, segundo o tercero, imbatible, siempre dándolo todo hasta el último aliento.
María Guadalupe González Romero ganó casi todo: el Campeonato del Mundo de Marcha Atlética, Juegos Panamericanos y cuanta carrera existe. En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, se quedó con la plata, hazaña que ninguna mexicana había conseguido.
Triste, y al parecer injustamente, el 10 de mayo de 2019 (Día de la Madre en México) perdió una batalla legal que paró en seco su carrera. La Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo suspendió a Lupita durante cuatro años, debido a la presencia de trembolona en su organismo. Su defensa alegó que fue por consumo de carne contaminada, pero luego sus abogados decidieron presentar pruebas falsas y la autoridad agregó cuatro años más a su sanción, quedando fuera de París 2024.
No he conseguido dar con ella para preguntarle qué va a pasar. Dudo que una de las máximas exponentes del atletismo mexicano se haya dado por vencida. La imagino entrenando en lugares remotos, en soledad, sin fotos en Instagram, impedida de competir por el oro.
Tengo la sensación de que Lupita, como en la película más emocionante, va a darnos una sorpresa.
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