“No se aprende nada importante en la vida, simplemente se recuerda”, reza con razón uno de los personajes de la novela “El juego del ángel”, del fantástico Carlos Ruiz Zafón (1964-2020). Podrá sonar arrogante, pero tiene mucho de cierto. Yo mismo lo he pensado cuando estoy frente a algún experto en ciertos temas, especialmente aquellos que tienen que ver con la acción de los hombres, y de pronto suelta alguna conclusión que no sólo suena lógica, sino como si aquello ya lo hubiera escuchado antes. Incluso, las ecuaciones matemáticas, basta que te las expliquen y las entiendas, para que surja esta misteriosa sensación de reconexión con un conocimiento que pareciéramos llevar dentro.
Sirva esta reflexión para contarles que me acaban de contratar para crear un audiocurso sobre cómo empezar a correr. En 60 minutos, tendré que motivar a los indecisos a pararse de la cama en la mañana o del sofá en el transcurso del día, y salir a la calle a mover las piernas, sacudirse la apatía y reanimar el espíritu. Nunca me imaginé dar un curso, menos en modo invisible, a través de bocinas o audífonos. Sin embargo, ahora que comienzo a estructurarlo, no lo siento tan complejo. Se trata de recordar lo que yo mismo aprendí y transmitirlo de la manera más natural y sencilla posible, para que a quienes escuchen, también les haga esa lógica.
“¿Por qué correr?” será el primer capítulo, y la respuesta tendría que ser “por curiosidad”, como comienzan casi todas las cosas que valen la pena. En mi caso fue porque, de niño, vi en la televisión varias pruebas de atletismo de los Juegos Olímpicos Los Ángeles 1984, y me encantó. Yo quería ser uno de ellos, aunque fuera en la escuela.
“¿Cómo empezar?”, dando el primer paso. No hay más. No hay recetas, ni consejos. Ponte los tenis, sal a la calle y movilízate (sea lo que sea que persigas).
“¿Cómo ser persistente?”, poco a poco, sin agotarte. Aumentando de manera gradual el esfuerzo, incrementarás la resistencia. No te lleves al extremo de acabar odiando lo que haces; si lo estás amando, sé paciente.
“¿Cómo volverme mejor?”, con repeticiones, haciendo una y otra vez lo mismo, cubriendo las distancias y estudiando las técnicas, imitando el paso del ferrocarril de vapor.
Ya les avisaré dónde escuchar este curso en desarrollo sobre cómo empezar a correr, que en una de esas podría servir para empezar a hacer lo que sea, pues todo se parece. ¿Les suena?
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