Se nos fue Mario Vargas Llosa a los 89 años, el último escritor del llamado boom latinoamericano; esos de espíritu libre y conciencia social, esos multifacéticos que no se limitaban a ser escritores... Esos que se llamaban Juan Rulfo, García Márquez, Cortázar o Carlos Fuentes.
Se nos fue un Premio Nobel peruano, pero universal. Exquisito novelista que nunca pudo contener su vocación por la política ni su crítica hacia las dictaduras de América.
Vargas Llosa, el que con precisa contundencia llamó “La dictadura perfecta” al sistema político mexicano en 1990, frente a Octavio Paz, y el que una vez llegada la Cuarta Transformación de López Obrador, volvió a tundir en un discurso que los afines al partido oficial no le perdonaron: “La democracia entró en México, se dieron leyes para garantizar la limpieza de las futuras elecciones y México se orientó en la buena dirección; sin embargo, nada de eso queda... Es algo dramático, que unos pocos años lo que parecía representar la liberación de México, haya desaparecido por una razón: Porque los mexicanos votaron mal... Con un Presidente populista y demagogo”. Su discurso todavía hace rabiar a los allegados al partido oficial.
Pero dejemos a un lado al Vargas Llosa que polarizó en el mundo de habla hispana y entremos en una de sus declaradas pasiones confesas: El futbol. Aficionado (y posteriormente socio honorario) de uno de los equipos más populares de Perú: Universitario de Deportes, describía al futbol con los adjetivos “emocionante y vacío”. Desde su trinchera, se convirtió en uno de los principales impulsores de la falsa idea de que el deporte y la cultura no llevan una buena relación. “Quienes piensan que empobrece intelectualmente al público, olvidan que divertirte es un asunto muy importante... El inteligente y el tonto, el culto y el inculto lo pueden gozar por igual”. Y agregaba: “Como si cultivar el cuerpo supusiera optar por la materia y rehuir al espíritu”.
Durante la Copa del Mundo España 1982, colaboró como analista en lo que fue la última actuación de Perú en 36 años, hasta su reaparición en Rusia 2018. En ese tiempo describió al futbol como “una religión laica que contiene irracionalidad colectiva”.
Tras ganar el premio Nobel en 2010, el Real Madrid le invitó a realizar el saque de honor hacia el portero Iker Casillas y, tras el disparo, dijo: “El futbol es un deporte que hace saltar las fronteras que distancian a la sociedad, personas y tradiciones”.
En un ensayo llamado Los once titulares, escribió: “No es una operación matemática de resultados previsibles, sino un encuentro de seres vivos que juegan más para divertirse y gozar que para un salario o una copa”.
Se nos fue Vargas Llosa, tras 89 años muy productivos. Candidato a la presidencia de Perú, se nos fue el intelectual que descontó de un puñetazo a García Márquez, se nos fue el escritor que se casó con su tía 10 años mayor, y el que tuvo tres hijos con su prima hermana. Se nos fue un genio que es imprescindible leer.
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