En la Fontana de Trevi se recaudan entre 1 y 1.6 millones de euros por año, de moneda en moneda que arrojan los turistas para pedir un deseo. Es decir: entre 3,000 y 4,500 euros por día. Poco a poquito se recogen cientos de kilos de monedas que serán utilizadas para proyectos sociales, tales como comedores comunitarios y albergues para personas en situación de calle. Es decir, arrojar monedas a la fuente más famosa del mundo, nutre.

Vale la pena lo que nutre, lo que aporta, lo que nos hace mejores y si me apuran, cada acción que realizamos en la vida: desde elegir y depurar las amistades conforme pasan los años, hasta tirar una moneda a la fuente, pasando por la elección de nuestras actividades, todos ellos deberían ser un acto para nutrir.

El futbol nos regala muchas acciones que nutren, pero desafortunadamente nos arroja también, infinidad de manifestaciones que nos degradan. El futbol aporta al entretenimiento, a la salud, a la pasión, a la disciplina y al compromiso, entre muchos otros aspectos que nutren y que nos identifican; pero de manera muy fácil este, el deporte/entretenimiento más popular de todo el mundo, tiene la particularidad de convertirse en un pretexto para generar violencia, para olvidarnos que quien porta otros colores también es de nuestra especie y hoy en día, con extrema facilidad, para volvernos ludópatas a través de un simple clic.

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Llega un punto en la vida en que uno debe elegir qué come, qué bebe, qué mira, qué dice, qué escucha, dónde se desenvuelve, dónde se identifica y dónde pertenece. Es decir: qué me nutre y qué me afecta.

Nuestras emociones se canalizan en el aparato digestivo, en la zona del estómago, el esófago y el hiato. No tiene que ver con los irritantes ni las grasas, tiene que ver con la necesidad de dejar entrar más amor, más cariño, más atención o mayor paz, por lo que de manera inconsciente se abre el hiato aunque produce un efecto contrario: en lugar de ingresar todo aquello que necesitamos, los ácidos estomacales salen, suben y queman los tejidos y el propio esófago… porque siempre, arrastramos duelos que no hemos sido capaces de culminar.

Los duelos no nos nutren, resolverlos con ayuda, sí. Las heridas de la infancia no nos nutren, darles la debida atención a través de un especialista, sí. Engañar en el futbol no nutre, la competencia leal, sí. Golpear con mala intención a un rival no nutre, disputar un balón sin otra intención que ganar el duelo, sí. Arrojar objetos en un estadio con el conocimiento de que impactarán en algún aficionado, no nutre a nadie, apoyar a un equipo de forma respetuosa, sí.

Nutrir y nutrirse es un tema de actitud, no de alimentación ni de comida, aunque siempre será un tema de salud. La fontana de Trevi, nutre con su belleza y su esplendor desde el siglo XVIII en que se construyó, pero además genera un recurso nada despreciable de millón medio de euros por año, para los menos favorecidos que requieren ayuda. Sí, el estado ideal para nutrir y nutrirse es ser la enorme fuente romana ¿Pero acaso nosotros no podemos cumplir con ambas funciones, dar un lugar para cada cosa y poner cada cosa en su lugar para favorecer la nutrición en todos sentidos?

@felixatlante12 @felixunivision12

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