“Sé que hay una razón por la que necesito estar solo, tú me enseñaste que hay un lugar silencioso que puede ser mío... Cuando todo está oscuro y nada parece correcto, no hay nada que ganar y no hay necesidad de pelear...” (Lord is it mine, Supertramp).
Sentados en la pequeña sala de televisión, en la casa de los Poo, que incluía un tocadiscos, el Patán (Pablo), Gago (Gerardo) y yo escuchábamos una y otra vez el álbum “Breakfast in America” de Supertramp, recién lanzado, por 1979-80. Observábamos detenidamente la icónica portada, con la mesera sosteniendo el jugo de naranja, la carta y detrás de ella toda una vajilla blanca que representaba a Nueva York y su Estatua de la Libertad. Un disco que vendería 30 millones de copias y ganaría dos Grammy. Nosotros, amigos muy cercanos, éramos los últimos hijos de tres familias numerosas, estudiábamos en la misma escuela y jugábamos en el mismo equipo de futbol. Nuestros padres tenían todo resuelto, para que nuestras preocupaciones fueran exclusivamente las que correspondían a nuestra edad.
Lee también Liga MX: Horario y dónde ver EN VIVO los partidos de la Jornada 8, HOY viernes 12 de septiembre
“Cuando era joven, parecía que la vida era maravillosa, un milagro, era bella, mágica... Luego me enviaron lejos, para aprender cómo ser sensible, responsable, práctico y me enseñaron un mundo en el que podía ser intelectual, cínico e independiente... Hay veces, cuando el mundo duerme, que las preguntas surgen demasiado profundas para un simple mortal” (Logical song).
Hay momentos en la vida que parecen intrascendentes y, con el tiempo, se vuelven extremadamente significativos. La fugacidad de la plenitud en un grupo tan brillante como Supertramp, contrasta con la inmortalidad de sus geniales piezas musicales, realizadas en el momento y tiempo correctos. Rick Davies y Roger Hodgson, líderes y fundadores, fueron tan compatibles durante pocos años, como diferentes el resto de sus vidas, suficiente para crear piezas musicales proféticas, profundas y premonitorias.
La vida con el Patán y Gago nos llevó por diferentes caminos. Cada uno se desarrolló con intensidades distintas y, mientras Pablo falleció de manera sorpresiva y a temprana edad en 2010, Gerardo padeció en silencio, por muchos años, una enfermedad degenerativa que le venció en julio de este 2025. Durante todo este tiempo, Breakfast in America no ha dejado de sonar...
En 2015, Rick Davies anunció que sufría mieloma múltiple y se alejó de toda vida pública, para sobrellevar junto a su esposa la enfermedad durante los 10 años que duró, hasta que a principios de septiembre, en un breve comunicado, se anunció su muerte. En un mundo que exige inmediatez, él sólo podía ofrecer reflexión y calidad.
“Adiós extraño, ha sido un placer, espero encuentres tu paraíso, traté de comprender tu punto de vista y espero tus sueños se hagan realidad” (Goodbye stranger).
Davies eligió callar para que otros se escucharan, desapareció de los escenarios con la certeza de haber influido en la inspiración de algunos, a través de canciones tan maravillosas como las que crearon con este grupo inglés, que durante varias sesiones en aquella casa de la Ciudad de México nos unió, nos identificó y nos transformó a tres niños que no sabíamos, pero quedaríamos marcados, sin importar el desenlace de nuestras vidas.
@felixatlante12 @felixunivision12
Lee también Canelo Álvarez y Terence Crawford cumplen con el pesaje; está todo listo para la pelea del año