“Preséntoles esta majestuosa señora llamada CRISTIANISMO, que regresa sucia, embarrada y deshonrada de las incursiones piratas en Kiao Chow, Manchuria, Sudáfrica y Filipinas; tiene el alma llena de maldad, la bolsa cargada de bienes expoliados y la boca llena de pía hipocresía. Dadle jabón y toalla, pero esconded el espejo. Dadle el espejo, tal vez la saque del error. Al verse como los demás la ven” (Marc Twain, [1900] 2006, Antiimperialismo, Icaria Editorial, Barcelona, p. 13).
La periodización propuesta por Gary Gerstle en Auge y caída del Orden Neoliberal (2023), establece tres órdenes políticos en la historia reciente de los Estados Unidos de América: el del New Deal, el neoliberal (a partir del inicio de los gobiernos de Ronald Reagan) y uno nuevo, de la desglobalización, que arranca con el primer gobierno de Donald Trump y se encuentra vigente.
La alianza con la clase trabajadora, que caracterizó al primero, se rompe con la decisión reaganita de despedir a 10 mil controladores aéreos para establecer fuertes vínculos con el capital y con el añejo propósito de reducir la progresividad fiscal para los ricos. El orden en curso se diferencia del neoliberal por las restricciones que impone al libre comercia, como parte de una confrontación con China que han suscrito, tanto Biden y su inacabada política industrial, como Trump con su vocación arancelaria y su inquietante nacionalismo económico.
Por lo que hace a la reducción de la carga fiscal para los más ricos, además de compartir el viejo mito por el que se recomienda no gravar a quienes van a
generar empleo, parece una muy antigua prenda del Partido Republicano establecida a partir de hospedar al activismo ultra derechista de los multimillonarios relacionados con los combustibles fósiles.
En la espera de la formalización de un gabinete de halcones, particularmente empeñados en denigrar, arrestar y deportar migrantes de ayer, de hoy y de mañana, en el ámbito internacional parecen inminentes la evaporación del apoyo estadounidense a Ucrania, la profundización del conflicto con China y la continuación del apoyo a genocida que gobierna Israel.
Para México, no parece que las cosas vayan a marchar bien, a los efectos de la muy probable deportaciones de cifras bíblicas de migrantes y a los efectos, también, de promover la repatriación más que la relocalización en México, de las inversiones que se habían trasladado a Asia; sobre la revisión del T-MEC no deben esperarse grandes cambios, ya que las violaciones que significarían los amenazantes aranceles trumpianos se aplicarán con total impunidad para doblar, de nueva cuenta, la política migratoria de nuestro gobierno.
Entre las amenazas de muy difícil cumplimiento están las relativas al combate armado a los cárteles de la droga y, en general, a la violentación militar del territorio nacional. Volveremos a saber lo que es dormir con un elefante, como calificó Porfirio Díaz a la relación con esta versión de vecino del Norte.