Nuestra Presidenta en un viaje por el sureste del país, en varios discursos se refirió al expresidente López Obrador afirmando que si bien no había calles con su nombre, era una persona inolvidable para los mexicanos. Refirió que calumnian a López quienes perdieron sus privilegios o son neoliberales, porque el pueblo lo lleva en el corazón.
Tiene razón, AMLO es inolvidable, difícilmente podrá olvidarse que en su gobierno, con su política de abrazos y no balazos para atacar a la delincuencia, se alcanzó la cifra de más de ciento noventa y nueve mil personas muertas en homicidios dolosos. Los deudos de esos casi doscientos mil ciudadanos nunca lo podrán olvidar.
También será permanentemente recordado por los padres y madres de los niños con cáncer que no recibían las medicinas necesarias para ser atendidos de sus graves dolencias, y a quien el destacado científico, así calificado por el expresidente, esos padres que luchaban por salvar a sus hijos eran encubiertos agitadores que pretendían solo atacar al gobierno.
Su permanencia estará por mucho tiempo en la memoria colectiva. Quedará su absurda y caprichosa decisión que costó cientos de millones de pesos, de cancelar el aeropuerto de Texcoco y construir el Felipe Ángeles. Inolvidable también, porque no hemos tenido en toda la historia de nuestro gran país a un Presidente, que como él haya destruido la selva del sur de México y atentado no sólo en contra de la ecología cuanto también de ruinas arqueológicas al paso del trenecito que se empeñó a construir y que no tiene la amortización necesaria que lo justifique.
Su paso por Palacio Nacional se recordará por varios siglos, por su ridícula exigencia de pedirle a España y al Vaticano perdón por los hechos que hace siglos se dieron durante la conquista.
Y no solo en el corazón de los mexicanos, sino también en sus bolsillos, será recordado por el robo de los marinos huachicoleros, que nunca se había presentado en las dimensiones que ahora lo estamos padeciendo; asimismo menciono las millonarias cantidades de pesos a Cuba en petróleo, libros de texto y médicos contratados para apoyar la dictadura cubana.
Se recordará por siempre la gobernanza de López apoyando a los gobernadores que mantienen una estrecha cercanía con la delincuencia organizada.
Con lo anterior, y no tengo espacio para muchas otras acciones oficiales del sexenio pasado, dejo constancia que nuestra señora Presidenta tiene razón en decir que su antecesor es inolvidable.
Sin embargo en esa gira a la que me refiero, por el sur del país, hizo algunas otras declaraciones, en las que expresó ostentosas inexactitudes, como cuando dijo que era México la nación más democrática del mundo. Gran falsedad, podrá ser democracia musicalizada por los acordeones, pero nunca la más democrática; como tampoco con la tramposa, sí, tramposa, integración de la Cámara de Diputados con una sobre representación ilegal.
Menos todavía con la reforma electoral que se avecina, y que será hecha con la conciencia y el propósito descarado de minimizar a la oposición. Tuvo razón la doctora Sheinbaum cuando afirmó que su gobierno, como el de López, al que sigue llamando Presidente, será recordado por nietos y bisnietos. Por supuesto, será evocado como la transformación destructora que estamos padeciendo.
Cumplirá un año este gobierno, confiemos que no se sigan diciendo tantas mentiras; ninguno de los neoliberales, a los que frecuentemente recuerdan, las dijo con tanta elocuencia.
Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM