Después de que el domingo pasado se llenó el Zócalo con miles de personas acarreadas, o como dijera el talentoso López Portillo “transportadas”, desarrollaremos otro tema.
Se extraña la presencia de esas figuras que merece México, como un austero Ruiz Cortines, “el viejito”, como le decía la gente, no obstante que al tomar posesión tenía 63 años; o el magnífico orador viajero y enamorado de López Mateos con su valiente postura en contra del bloqueo a Cuba o la seriedad de un Díaz Ordaz que logró un crecimiento del PIB del 8% y una inflación del 2.7% que no se ha vuelto a repetir; o el creador de instituciones como Echeverría, fundador del Infonavit que quiere ser ahora saqueado, la Universidad Metropolitana, la Procuraduría de la Defensa del Consumidor; la erección de dos entidades más en nuestra amada República y muchas otras realizaciones que sin que él las hubiera nombrado transformaciones de la planta baja o de cualquier nivel, segundo o tercero, vinieron a institucionalizar realizaciones fundamentales para el progreso nacional.
Pero no, hoy no voy a referirme a hechos de la política nacional, sino a una fecha de esta semana, el 15 de enero que se celebra el día del compositor, y que estoy seguro, nadie de las personas que generosamente lean estas líneas no recuerda a alguno de los autores que celebraron su día, y a quienes les debemos momentos gratos o quizá tristes, pero humanos por tocar las emociones que son siempre motivadoras de recuerdos o de sentimientos inolvidables.
Tratándose de compositores, México tiene un generoso caudal de hombres y mujeres que en justicia han de ser siempre reconocidos.
Manuel M. Ponce, autor de “Las Mañanitas” y “Estrellita”, y muchas otras piezas musicales inolvidables.
Agustín Lara, uno de lo más prolíficos compositores. Está presente “María Bonita”, escrita a su esposa María Félix y en la que poética y románticamente se refiere a nuestro bello puerto de Acapulco, con sus hermosas playas: “Me arrodillé para besarte y así entregarte toda mi vida”; “Granada”, que compuso sin conocer España y que después y hasta la fecha es recordada con admiración.
Armando Manzanero, autor de canciones interpretadas por muchos artistas, entre sus obras está “Somos Novios”, compuesta por encargo de Diaz Ordaz para su esposa Guadalupe en un aniversario de bodas.
Roberto Cantoral, autor de “La Barca” o “Regálame esta Noche”, canciones que, sin exagerar, forman parte de la cultura nacional.
María Grever, nacida en Guanajuato, que pasó mucho tiempo en España de donde era su padre, autor de la bellísima canción “Júrame”.
Juan Gabriel, autor de más de varios cientos de canciones, interpretadas por artistas nacionales y extranjeros.
José Alfredo Jiménez, sus canciones más populares “El Rey” y “Si nos dejan” son melodías permanentemente evocadas.
Francisco Gabilondo Soler, identificado como Cri Cri, autor de canciones para niños y que son interpretadas en las escuelas desde hace varios lustros, porque habiendo nacido a principios del siglo pasado, sus canciones siguen siendo entonadas en todo el mundo.
Álvaro Carrillo, ingeniero agrónomo, pero que también compuso canciones como “Sabor a mí”, “De qué sirvió quererte”, y muchísimas más que son boleros presentes en el repertorio musical nacional.
Nos falta mencionar a muchos más, pero termino refiriéndome a una mujer que compuso una canción traducida a muchos idiomas y que era entonada por quienes partían a la guerra: “Bésame Mucho”, Consuelo Velásquez.
Profesor Facultad de Derecho UNAM