Repito las palabras de López Velarde para referirme a mi gran país. Para decir que a pesar de las escenas en ocasiones grotescas que representan los actores políticos de nuestra vida pública, nuestra Patria no dejará nunca de ser impecable y diamantina. Que jamás perderá esa imagen a pesar de los espectáculos mañaneros del Zócalo de la ciudad.
Su historia centenaria, la presencia de sus héroes a lo largo de su vida no le quitaran nunca su brillo y su imagen sin mácula. Son siglos los que respaldan esa concepción.
Y en los tiempos modernos al final de nuestra Revolución de 1910, surgió un partido político en el que militamos muchos mexicanos convencidos de sus ideales, su plataforma política y su programa de acción. La muerte de Obregón, y la visión de Calles dio lugar a su fundación. Su actuación pública ha permitido el progreso y la acertada conducción de nuestra política nacional e internacional. No podemos negarlo.
Sin embargo, como muchas organizaciones sociales, sus defectos invadieron sus principios y llegó a dirigir a mi Partido Revolucionario Institucional, un ciudadano que más pensó en sus intereses personales, para proteger su conducta desplegada como gobernador, que enarbolar los principios del partido que encabeza.
Ahora los vemos con un silencio sepulcral ante las afirmaciones y declaraciones del Presidente en contra de una señora que ha despertado simpatía y apoyo de la ciudadanía, y que puede ser la candidata de la alianza que se ha formado.
Ni una sola opinión del presidente del PRI, comentando las tantas acciones equivocadas de esta administración. Se ha convertido ese Partido en un solidario silencioso de este gobierno.
Encontramos en su actual dirigente nacional, a quien nunca debió de encabezar a esa Institución política. Lo más grave es que acostumbrados en mi Partido, a la verticalidad de las decisiones, se ha aceptado la presencia de ese dirigente.
No es gratuito que priistas destacados del Senado hayan abandonado a ese Partido, precisamente por la presencia de quien lo dirige.
¿Y quién será el próximo o la próxima? En la Alianza tenemos a gente valiosa, como Enrique de la Madrid, Santiago Creel, y Xóchitl Gálvez hasta el momento con la mayor popularidad. Sus méritos son bastantes y sólidos.
Por Morena de las personas que andan recorriendo el país, a quienes consideramos con mayor trayectoria están Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal. Ambos buenos gobernadores y Ebrard en su momento, promoviendo reformas trascedentes en la vida institucional primero en la ciudad capital, y que después alcanzaron al país.
Aguardemos confiados y con la esperanza de que vendrán tiempos mejores para México. Que quien llegue a Palacio Nacional, apegado a las leyes, respetando nuestro marco jurídico, y buscando la reconciliación con todos los grupos sociales sirva con emoción y patriotismo. Incluso que pudiera pensarse en un gobierno de coalición, en donde tuvieran participación, en las decisiones públicas todas las corrientes políticas.
Confiemos que nuestra Patria será siempre, por las decisiones de sus políticos, impecable y diamantina.