Esta semana, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) presentó su Diagnóstico 2024 sobre las estaciones y estancias migratorias del Instituto Nacional de Migración (INM), como seguimiento al Informe Especial sobre las condiciones de las Estancias y Estaciones Migratorias: Hacia un nuevo modelo para la atención de la migración irregular, elaborado tras el incendio ocurrido en la estancia de Ciudad Juárez que cobró la vida de 40 personas migrantes. Este nuevo diagnóstico, resultado de la reforma del 1º de abril de 2024 a la Ley de la CNDH, cumple con la Recomendación 111/VG/2023 y tiene como objetivo supervisar anualmente el respeto a los derechos humanos en estos recintos.
El informe reconoce avances sustanciales en el respeto a los derechos de las personas en movilidad, especialmente en materia de alojamiento, seguridad, salud y asistencia jurídica. A diferencia del primer diagnóstico, este nuevo ejercicio refleja mejoras tangibles: se clausuraron instalaciones que no cumplían con los estándares legales y se remodelaron otras, eliminando rejas y candados para sustituirlos por espacios más dignos y seguros. Las estaciones mejor evaluadas fueron Iztapalapa (95.5 puntos), Tapachula y Acayucan (95), así como Reynosa y Hermosillo (92.5). También se registró una reducción de 17 recomendaciones respecto a 2023. Sin embargo, el informe mantiene la limitante de haber consultado solo a 53 personas migrantes en la variable relacionada con la percepción de las personas migrantes (un 10% de la calificación), en virtud de que el Instituto Nacional de Migración determinó que su estancia no exceda las 36 horas tras los lamentables hechos en Ciudad Juárez. Entre los avances destacan la incorporación de personal especializado, cámaras de vigilancia, detectores de humo, áreas equipadas para atención médica y jurídica, y espacios de privacidad para entrevistas. Además, proyectos como MigrARTE, impulsado por Agenda Migrante, han contribuido a humanizar estos entornos mediante murales, color y talleres psicoemocionales que acercan el arte y la cultura a las personas migrantes.
El diagnóstico confirma la urgencia de abandonar de manera definitiva el modelo carcelario en las estaciones migratorias y avanzar hacia espacios humanitarios, abiertos y con atención integral. Es indispensable estandarizar los servicios y protocolos para la atención de personas en situación de vulnerabilidad, fortalecer la protección civil y la atención en salud —incluida la salud mental—, y garantizar la capacitación continua de todo el personal en derechos humanos, atención psicosocial y primeros auxilios psicológicos.
La reapertura de la estación migratoria en Ciudad Juárez, una de las fronteras más transitadas del país, representa no solo una necesidad operativa, sino un símbolo de la urgencia de transitar hacia un enfoque más humano y preventivo. La voluntad política será decisiva para consolidar estos avances y asegurar su evaluación anual conforme a la reforma de la Ley de la CNDH.
Aprovechando que la migración irregular ha disminuido en un 85% respecto al año anterior —el nivel más bajo en cinco años—, este es el momento para reorganizar el funcionamiento de las estaciones, priorizando la formación de su personal en cercanía, empatía y trato digno. La transformación de estos recintos no debe limitarse al cumplimiento normativo, sino convertirse en un cambio de paradigma basado en los derechos humanos.
Finalmente, es fundamental fortalecer el intercambio con organismos defensores de derechos humanos, agencias internacionales, academia y sociedad civil, para asegurar una mejora continua sin relajar las medidas de seguridad, sustituyendo los esquemas privados por una protección pública y profesional. Solo así podremos construir un sistema migratorio verdaderamente humano, coherente con los principios de dignidad y justicia.
@EuniceRendon

