El pasado 18 de diciembre los titulares de los gobiernos del Estado de México y de la Ciudad de México, junto con el responsable de dar seguimiento a la pandemia por parte del Gobierno federal, en forma inusitada, aunque esperada, anunciaron lo que ya la realidad daba constancia: el regreso al semáforo rojo.

Fue evidente que la población bajó la guardia, se sintió más o menos confiada con los anuncios de alternativas de vacunas que parecen ser la salvación de esta pandemia universal o lo que es peor, la incredulidad sobre la existencia del coronavirus. Parece ser que la incredulidad también mata.

Por eso, los gobierno de las entidades federativas y el federal deben poner el ejemplo y mandar mensajes claros y contundentes: no salir (salvo que sea indispensable), no reunirse –a pesar de los festejos propios de la época–, lavarse y desinfectarse las manos, sobre todo si ingresamos a nuestros hogares, y usar el tapabocas, a pesar de los pesares.

Y así como aconteció a mediados de marzo en que se declaró formalmente la pandemia en México, el INAI insiste con esfuerzo renovado y con mayor preocupación en que todas las autoridades en forma inequívoca mantengan informada a la población, se respete el derecho de acceso a la información pública y se protejan los datos personales.

Es el momento en que las autoridades federales y locales demuestren con información documentada cómo están llevando la pandemia, más en este momento crítico que está inundando los hospitales, desbordando a los servicios médicos y generando luto en muchos hogares mexicanos.

Esta infodemia como se ha dado en llamar a la obligación del Estado de informar lo que está haciendo en torno a la pandemia implica, además, el derecho de cualquiera a preguntar cómo se están llevando las cosas en derredor de la epidemia.

¿Qué finalidad tiene esta infodemia? Una finalidad de lo más básica: orientar a la población qué debe hacer y qué no debe hacer ante una lamentable emergencia médica por motivo de una infección por COVID-19. Desde ubicar los centros de salud más cercanos o, mejor aún, con disponibilidad de atención médica, pasando por la compra de medicamentos que aminoren los efectos devastadores de la enfermedad en tanto no haya vacunas en México, y hasta la compra de víveres, cierres de escuelas y un largo etcétera.

Es momento de reforzar las medidas, de no claudicar y de no confiarnos. Serán tiempos invernales propicios para las enfermedades respiratorias, serán tiempos de festejos tradicionales en el que el mejor regalo para nuestras familias y seres queridos será el quedarse cada uno en su casa, el de no dar un abrazo o un beso serán más preciados que la presencia entrañable.

El INAI es el órgano garante nacional para que la infodemia sea clara, precisa, sin secretismos, porque se trata del ejercicio de derechos fundamentales, no sólo el de acceso a la información o el de protección de datos personales, sino del derecho a la salud y a la vida misma.

Sin duda, un buen regalo que el gobierno puede hacer en estas épocas es informar a las y los mexicanos.

Comisionado del INAI. 

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