Qué grande y dolorosa verdad guarda aquel viejo adagio mexicano que reza así: “El peor enemigo de un mexicano, es otro mexicano”.
Y es que, históricamente, cargamos con esa maldición de “pegarle” a nuestras estrellas deportivas. Pareciera que el destruir carreras es el deporte favorito de muchos comentaristas carentes de escrúpulos, y, tristemente el público en general actúa como borrego a la hora de criticar, lo cual es válido, pero hay de críticas a críticas.
Los más exitosos son los más golpeados
“Hugo Sánchez es un mamón”, “Rafa Márquez estaba rodeado de grandes”, “Chicharito es un caza goles”, “Paco Memo es una coladera”, “Raúl Jiménez es un bulto”, “Checo Pérez tuvo suerte”, “Chávez enfrentó a varios taxistas”, “Fernando Valenzuela no llegó al salón de la fama”, “El nocaut de Márquez a Pacquiao fue un golpe de suerte”, “Canelo le ha ganado a puro bulto”.
Si analizamos todas estas críticas que desafortunadamente se convirtieron en tendencia gracias a los “comunicadores” que contaminan y mal informan, concluyo que para dar una correcta opinión sobre los atletas se debe tener un profundo conocimiento del deporte y todo lo que conlleva la ruta del éxito. No todos los deportes son iguales; no es lo mismo meter un gol que arriesgar la vida en el cuadrilátero y a todos les pegan por parejo.
El mexicano promedio se deja llevar por lo primero que escucha, permite que lo influencien con esa ola de negatividad, que dicho sea de paso, es una vorágine de comentarios destructivos, repletos por cierto, de muy mala leche, y es que, tanto los medios convencionales como las redes sociales, se aferran a la urgente necesidad “de vender”, y lamentablemente hoy se le pone más atención a un comentario destructivo de algún “líder de opinión”, que a la misma hazaña deportiva. ¿Recuerdan cuando a Andy Ruiz no le daban ninguna oportunidad de ser campeón del mundo? Afortunadamente calló bocas.
Siempre he dicho que hay “comentaristas de boxeo” que no se ponen guantes ni para el frío, este grupúsculo de frívola manera se atreve a criticar a quien arriesga la vida en un encordado, pareciera que estos “expertos” saben más de boxeo que el mismo boxeador.
Indudablemente hace falta un despertar de la gente que consume deportes, es muy fácil desde un sillón y con algunas cervezas de compañía denostar y criticar por criticar, y, es que a falta de cultura en la práctica cotidiana deportiva, tendremos un nulo conocimiento de lo que implica competir, al nivel que fuera.
Con cada gol, con cada nocaut, con cada banderazo, con cada medalla y en general con cada victoria de nuestros atletas me embarga una enorme alegría y se me llena el pecho de mexicanidad, ¿no creen que deberíamos celebrar estos momentos, en lugar de despreciarlos?
Sueño con un México unido y orgulloso de sus logros y en específico en el boxeo creo que si pudiéramos consolidar la unidad, no habría nadie que pudiera con el boxeo mexicano, aquí les dejo una profunda reflexión:
¿Ustedes sufren o celebran los éxitos de nuestros atletas?