Empatarle a Gervonta Davis en las tarjetas y ganarle en los ojos del mundo del boxeo define la peligrosidad, los recursos y el tamaño de boxeador que es Lamont Roach Jr.
Este guerrero norteamericano nunca había visitado la lona hasta que un mexicano llamado Isaac Cruz y apodado el “Pitbull” le propinó su primera caída oficial.
Gane, pierda o empate, “Pitbull” es sinónimo de espectáculo, garra, pegada y, con el agregado de su último compromiso, podemos decir que es un gran boxeador.
Lee También Los dos peces gordos que las Chivas están dispuestas a soltar
Es decir, Isaac Cruz ya no promete ser una estrella de talla mundial: ya lo es. Y esto lo ratificó fajándose en el terreno que fuera ante Lamont Roach, ese que puso en predicamentos al mismísimo Gervonta Davis.
San Antonio, Texas, y yo, a la distancia, disfrutamos de una pelea de antología donde se desbordaron las emociones y, ciertamente, los dos púgiles salieron a entregarse en alma, vida y corazón.
Una caída por un lado y un punto menos por golpe bajo del otro hicieron que, al final, la sumatoria de las tarjetas indicara lo siguiente: 115-111 y dos más de 115-112.
Lee También Última oportunidad del año para llegar al PGA Tour
Yo, en lo particular, la sumé 113-113 y, sin temor a equivocarme, creo que la deducción del punto a Cruz y la pésima actuación de James Green (el tercero sobre la superficie) —quien sobreprotegió a Roach como si fuera su hijo— dejaron como resultado un empate mayoritario. “Pitbull” acarició la victoria, pero aun este agridulce empate supo a victoria.
Tanto Isaac como Lamont se entregaron en una guerra sin cuartel, dando todo con tal de conseguir el cetro interino superligero del Consejo Mundial de Boxeo, mismo que, al no haber ganador, conserva el oriundo de la CDMX.
Desde que destrozó a Magdaleno en tan solo 53 segundos, Cruz González se ha posicionado como uno de los consentidos de la fanaticada mexicana, y su fama y aguerrido estilo han logrado que lo abracen propios y extraños.
Serio pero amable, callado pero feroz, noqueador y boxeador, implacable en el combate y generoso en la victoria: así es Isaac Cruz, un joven peleador mexicano que está “condenado” al éxito.
Luego de más de 50 años viendo boxeo es muy difícil que algo te emocione, pero debo confesar que cada que pelea “El Pitbull” me hace saltar de mi silla.
Simple y sencillamente, es un peleador que vende y es un imán de taquilla; Cruz es de esos guerreros que justifican cada centavo que pagas por verlo.
El futuro es promisorio, y al parecer su siguiente compromiso es ante el ganador de Subriel Matías y Dalton Smith. ¿Se imaginan un México vs Puerto Rico ante Subriel?
Venga lo que venga para el “perro mexicano”, seguramente será para seguir creciendo, emocionando a las masas y continuar escribiendo su legado, mismo que tendrá un capítulo imborrable ante Lamont Roach, al que se le fajó y le boxeó ante todos los pronósticos.







