Son datos terroríficos. Espeluznantes. Anuncian un futuro más infer(crimi)nal. Reflejan claramente que los legisladores, consciente o inconscientemente. Por insensibilidad o pasividad. Queriendo o sin querer, sirven al narcotráfico. Le ayudan a crear el ejército criminal juvenil de reserva.

Irresponsablemente, contribuyen a destruir la base generacional sobre la que México debería sostenerse. Seguir adelante. En la expectativa de mejorar.

Inhumanamente minan. Socaban los cimientos de la existencia misma de la Nación, permitiendo que la sangre joven. Nueva, de la niñez de ahora, se enferme. Se contamine tempranamente para que, en la juventud-adultez, sólo tenga como destino el delito.

“Los niños son el futuro de México” han dicho todos los políticos en algún momento. Cuando han buscado alguna ventaja.

Hoy, sin el menor escrúpulo, permiten que el crimen organizado se apropie de ellos para su exclusivo beneficio, negándose a legislar para protegerlos.

Históricamente, la industria ha contado con un ejército de reserva debido a que la oferta de mano de obra supera la demanda; es decir, la cantidad de puestos de trabajo disponibles es menor a la de los que se requieren.

Desde siempre, las empresas en México se han permitido pagar salarios bajos. Insuficientes. Miserables. Negado todo tipo de prestaciones. Derechos. Se han arrogado la explotación del empleado al máximo. En todas las modalidades.

Siempre han tenido con quien sustituir a los que no acepten sus condiciones. O decidan echar a la calle por cualquier motivo.

Así ha funcionado el capital. Así funciona hoy y no hay perspectiva de que la relación capital-trabajo vaya a cambiar.

Ahora, ese pernicioso modelo ha sido trasladado al ámbito más funesto. Despiadado. Temible. Brutal: el narcotráfico. Los capos son los patrones y todos en rededor suyo, sus subordinados. Todos estos, prescindibles. En cualquier momento.

La industria tradicional los despedía. Los mataba de hambre. Las corporaciones criminales, que por definición operan en la ilegalidad, simplemente los asesinan.

Ese paralelismo es aterrador. La práctica de desechar a los seres humanos sin ninguna consideración, que se arrogan algunos por, y ante la necesidad de, miles, se encuentra en incontables actividades.

Entre las más productivas y lucrativas hoy, están las delincuenciales. En México son tan grandes. Poderosas. Extendidas, que existe la certeza, ratificada una y otra vez en Estados Unidos, de que son las que realmente gobiernan el país.

Las evidencias son tangibles. La lectura de algunas informaciones publicadas en El Universal, únicamente de la semana pasada, muestran una de las caras más descarnadas de ese poder.

El narcotráfico ha sustituido al gobierno en una de sus funciones esenciales. Que más justifican su existencia. Al permitir que la niñez sea “educada” en el mal, cuyo extremo es el asesinato. La responsabilidad directa de este problema son los legisladores.

El viernes 25 de octubre, el diario consignó que “hay al menos 50 iniciativas desde 2011 para tipificar como delito el enrolamiento de menores en la delincuencia organizada, pero todas han sido congeladas en ambas cámaras del Congreso”.

Eso es lo que les importan nuestros niños a los “representantes populares". El porvenir del país. Están demasiado ocupados en cosas más importantes.

En la nota se subraya:

“Entre las iniciativas destaca un punto de acuerdo presentado por senadores y diputados federales del PAN para exhortar a los tres niveles de gobierno a establecer acciones contundentes para frenar el éxodo de niñas, niños y adolescentes a las filas del crimen organizado. (Pero) el acuerdo no fue respaldado por la mayoría de Morena y sus aliados”.

Ostensible. Reiteradamente, los gobiernos y los legisladores de ese partido han despreciado a los niños.

Los indicadores fechan el origen del problema. Se centra en el tiempo en que más creció la criminalidad que, desde luego, ya tenía antecedentes importantes.

Deja en claro que los representantes morenistas con sus excepciones– han dado la espalda a un horrendo fenómeno. Aún en tiempos en que más ha urgido que actúen. Lo explica la permisividad de la política de abrazos, no balazos.

Cuando se inició la guerra contra el narcotráfico, en el gobierno de Felipe Calderón, no se legisló en favor de ese vulnerable segmento de la población. Nada se hizo en el sexenio de Enrique Peña Nieto. En el de Andrés Manuel López Obrador, por las sobradas evidencias, se lo dejó en total abandono.

Empro, lo más graves es que a pesar de haber crecido exponencialmente en el gobierno anterior, el gobierno de Claudia Sheinbaum, con todo lo que ha hecho por abatir la inseguridad, no ha puesto atención a las amenazas de que son víctimas los niños y adolescentes por parte de los cárteles.

De todos los crímenes que han perpetrado los tomboleros, acordeoneros, aboneros y bailadores morenistas, la captura de niños que están permitiendo a las bandas, es el más repugnante. Devastadora. Atroz. Sin niñez no habrá país.

Este sector es enrolado a edades cada vez más tempranas para labores de halconeo, tráfico y venta de drogas, así como de sicarios, en un proceso de instrucción y formación casi formal, consignan diversas informaciones.

La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) expone que los menores de edad de entre 9 y 10 años empiezan a ser reclutados como informantes.

Después, a los 12 años y una vez que conocen los movimientos y la estructura de los grupos criminales, se convierten en vigilantes en las casas de seguridad donde mantienen a los secuestrados.

Y ya con el entrenamiento previo, que cubren entre los 14 y 16 años, se “gradúan” como sicarios o encargados de una “tiendita” de droga.

Hasta hoy no existen cifras claras ni cercanas de cuántos de ellos forman parte del ejército de los cárteles en el país.

Pero sin un marco legal que proteja a los infantes en México de esas redes criminales, la Redim alerta que entre 145 mil y 250 mil menores están en riesgo de ser reclutados debido a factores como pobreza y violencia intrafamiliar.

Esos niños serán adultos. Entrenados para delinquir, se irá formando, aún a largo plazo, una sociedad de criminales. Entonces callará. Enmudecerá por completo el Derecho. Hablarán la fuerza y la violencia.

Esa es, a no dudarlo, una de las más funestas. Perniciosas, Ruines “aportaciones” de Andrés Manuel López Obrador al país. Base de su movimiento. Al que, Claudia Sheinbaum le está echando el segundo piso. Sin ningún rubor.

En algunas de las iniciativas se ha propuesto tipificar como delito el enrolamiento de menores por el crimen organizado y castigarlo con penas de 20 a 140 años de prisión; mas, ninguna ha sido de interés para el órgano que debería hacer las leyes que protejan a esa preciada parte la sociedad.

Incluso, desde 2011, el Comité de los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha recomendado al Estado mexicano que tipifique como delito el reclutamiento de niños, pero este no ha visto en eso ninguna necesidad ni prioridad legislativa.

Es innecesario argumentar más obre la vigencia de un gobierno criminal.

Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia, asegura que la cifra de menores que entran cada año a las filas del crimen organizado se ubica entre 30 mil a 35 mil.

Con certeza, esa cifra irá en aumento. Pero ¿y qué? Los congresistas de Morena, particularmente, seguirán en su orgía de poder. En sus dislates. En la fiesta que creen que no terminará jamás.

Disolutos. Desalmados. Inmunes a los dolores. Pesares que envuelven al país, seguirán luciéndose en todo tipo de excesos, arrebatos y lujos. Utilizando a las instituciones, como la Cámara de Diputados, en vulgares carpas de circo. En exhibidores de burdel… hasta que la gente diga: ¡Ya basta!

Línea de Fuego

Es admirable que, con tantos problemas. Urgencias. Frentes abiertos. Presiones. Guerras intestinas en su partido, la presidenta haya podido escribir un libro, incluso dictarlo. Con esa capacidad, seguramente hará pasteles en sus tiempos libres… Empeñado en dejar profunda huella a su paso por el IMPI, el director de esa institución, Santiago Nieto Castillo, encabezará hoy el lanzamiento oficial de la Red para el Desarrollo de Propiedad Industrial en Educación Superior (REDEPI). Un paso colosal que dará con el apoyo de su extraordinario equipo, en el que destaca Guadalupe Itzi-Guari Hurtado, su directora general adjunta, mirando a mejorar el ecosistema de la innovación en México. Que se orienta también hacia Querétaro… “A Veracruz se le respeta. Este pueblo merece respeto (Indiscutiblemente de acuerdo con Rocío Nahle) y su gobernante también. (Que lo pregunte a los verdaderos veracruzanos. Ella no lo es) Veracruz no es carne para la carroña” (¡Por supuesto que no! ¡No debe serlo!). Pero es vox populi que, en eso, la “gobernadora” ha convertido al estado…El gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca, es el único que, con trabajo. Organización. Celeridad. Cercanía y calidez con la gente. Alejado del protagonismos, ha enfrentado. Y resuelto en buena medida, las urgencias de los damnificados que dejaron las intensas lluvias en días pasados. Su desempeño, que se traduce en consenso. Apoyo. Respaldo, hace innecesaria la consulta sobre la revocación de su mandato. Si la realiza, previsiblemente será para que sus gobernados le ratifiquen contundentemente su aprobación...Como ha sido. Como será siempre, el gobierno de México se quedará esperando “explicaciones” del de Estados Unidos por cualquier acción que haga. Y puede hacer, sin consultar a nadie. Como sus ataques a narcolanchas… Impensable, que la presidenta Sheinbaum se atreva a relevar a director del FCE, Paco Ignacio Taibo II. Majadero. Ordinario. Procaz, seguirá en el puesto. Pero ahí están ya las mujeres en pie de lucha. Enojadas con razón. Decididas a obligarlo a que largue.

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