La Presidenta Claudia Sheimbaun anunció la meta de que México será la décima economía más grande del mundo a finales de su administración, esto durante la presentación del Plan México.
Me parece muy positiva esta meta porque reconoce implícitamente que México debe volver a poner al crecimiento económico y la generación de empleos como uno de los objetivos fundamentales de su gobierno si quiere alcanzar la tan esperada Prosperidad Compartida.
Si bien es cierto que el crecimiento económico no resuelve por sí mismo la pobreza, la desigualdad, y la falta de oportunidades, ni la inseguridad ni la injusticia, también es cierto que sin crecimiento es imposible atender ninguno de estos temas.
El crecimiento económico es la base para generar bienestar, desarrollo y recursos para el sector público, para hacer inversiones en educación, salud, seguridad y justicia así como en los programas sociales.
En la siguiente gráfica se puede ver la estrecha relación entre el crecimiento económico y la disminución de la pobreza.
Crecimiento promedio anual del PIB per cápita VS Reducción promedio anual de la tasa de pobreza
2000 a 2019
Reducción promedio anual del % de población que vive con 10 dólares o menos al día, fuente Our World in data
Crecimiento promedio anual del PIB per cápita, fuente FMI
Mexicanos, vamos por Brasil. Para alcanzar esta meta de ser la décima economía a nivel global, tenemos que superar a la economía de Brasil que actualmente ocupa dicho puesto.
Suponiendo que las expectativas de crecimiento inercial de Brasil se cumplen de aquí a 2030, México tendría que crecer 6% cada año para convertirnos en la décima economía más grande, algo que nuestro país no ha hecho desde el periodo de 1954 a 1970, en la época del Desarrollo Estabilizador, cuando la economía de los mexicanos crecía 6.5% anualmente y el PIB per cápita crecía 3.5% cada año.
Es decir, sí es posible y ya lo hemos hecho antes los mexicanos, pero hoy sin duda es retador, especialmente porque tenemos que superar tres grandes retos:
- El bajo crecimiento que hemos tenido recientemente.
- Las condiciones adversas que ha planteado el Presidente Donald Trump.
- El riesgo de inconsistencias en las políticas públicas.
En este artículo quiero abordar únicamente el primer tema, analizar desde dónde partimos para dimensionar el tamaño del reto de crecer al 6% cada año en promedio.
Entre 2018 y 2024 nuestra economía creció en promedio, al año, 0.8%, esto significa que debemos crecer siete veces más de lo que hemos venido creciendo, es muchísimo.
Los 30 años anteriores, es decir de 1988 a 2018, nuestra economía creció en promedio 2.4% al año, hemos perdido impulso y esto es algo que tenemos que revertir, empezando por atraer más inversión.
Nuestro nivel de inversión, comparado con otros países en desarrollo y para el tamaño de nuestra economía, es bajo.
Inversión como % del PIB en 2024
Fuente: Fondo Monetario Internacional
Además, venimos de una franca caída de productividad, cada nuevo trabajador mexicano está produciendo menos que el anterior; esa baja productividad también se explica por la enorme participación de la economía informal.
Fuente: Gráfica de Inegi
Por otro lado, iniciamos esta meta con un ambiente de inseguridad terrible que lleva muchos años creciendo en nuestro país; esta semana Inegi expuso que 61.7% de los mexicanos consideramos inseguro vivir en nuestra ciudad y el 99% de los delitos ni siquiera se persiguen en México, se dejan impunes, lo que complica el panorama.
De que podemos crecer al 6%, sí podemos, pero de que venimos de crecer muy poquito también; debemos reconocer que los esfuerzos que vienen hacia adelante tendrán que ser extraordinarios para ser la décima economía más grande del mundo.