Confucio (Kong Fuzi): Dime y olvidaré,

enséñame y recordaré, involúcrame y aprenderé.

Recientemente platiqué con Adolfo Ferrer, fundador de , sobre la importancia de que los estudiantes estén mucho más motivados para estudiar y aprender.

Hablamos de que los alumnos necesitan sentir que lo que están aprendiendo es relevante para ellos o el estudio se puede volver muy tedioso. Por ello, muchos educadores están innovando en primero interesar al estudiante en el tema y ya después instruirlos, por ejemplo, al ponerles retos que vayan de acuerdo a sus intereses y características.

En la escuela , 40% del tiempo se la pasan haciendo retos entretenidos para que los estudiantes aprendan con manos a la obra, porque así es como aprendemos mejor, poniendo en práctica el conocimiento con retos de la vida cotidiana, no repasando en un libro o un video.

Además, estos retos son de temas muy diversos para que los estudiantes aprendan de muchas facetas de la vida, construyen sus propios go-karts, robots, obras de teatro, campañas de influencers, inteligencias artificiales, deportes y lo mejor es que conviven entre alumnos de diferentes grados y edades para aprender mucho unos de otros.

Desafortunadamente, la forma en cómo enseñamos a los estudiantes mexicanos se adapta muy lentamente a la gran velocidad con la que está cambiando el mundo.

Ahora es mucho más importante desarrollar el pensamiento creativo, el pensamiento analítico, la resolución de problemas, el liderazgo, el cuidado de la salud mental y el manejo de herramientas como la inteligencia artificial, que se enseñan poco porque en su lugar seguimos exigiendo a los estudiantes que memoricen fórmulas matemáticas que probablemente nunca vuelvan a utilizar fuera de las aulas, y de poco les ayudarán para tener un mejor nivel de vida, lo que le resta motivación al estudio.

Debemos aprovechar más el juego, aprendemos mucho mejor cuando estamos jugando que cuando nos quieren hacer entrar la letra por la fuerza. Si jugamos y nos divertimos, pasaremos mucho más tiempo estudiando que si nos sentimos obligados y fastidiados.

En  hay un adolescente que nos dijo que antes no le gustaba la escuela, no ponía atención a sus clases de matemáticas, ahora se ha apasionado tanto con los retos que está trabajando por desarrollar una inteligencia artificial que ayude a los físicos a mejorar las plantas de energía nuclear y otra que ayude a hacer más fácil la vida de los programadores. Nos platicó sobre muchísimas herramientas de inteligencia artificial que ya maneja, algo que la gran mayoría de los adultos mexicanos no nos hemos dado la oportunidad. Esto lo ha logrado el que este gran mexicano se sienta muy motivado en su escuela.

Por eso son tan importante dos cosas, la primera es aprovechar la técnica de gamificación, es decir, convertir muchos de nuestros problemas y procesos en un juego de competencia, que enganche a los estudiantes hasta que alcancen sus objetivos. Por ejemplo, Duolingo es una plataforma para aprender inglés, pero con los elementos que lo hacen parecer un juego de video que ha cautivado a millones de usuarios.

Por otro lado, como en todo juego, debemos de enseñar que fallar es parte del proceso de aprender. Los jugadores fallan en cualquier juego y saben que no es el fin del mundo, pueden seguir jugando y mejorando, en cambio, las fallas en la escuela son bastante castigadas, lo que desmotiva a los estudiantes y los hace rechazar emocionalmente el estudio. La vida está llena de oportunidades, lo importante no es dejar de fallar, lo importante es aprender y mejorar.

Adolfo me contó cómo los estudiantes de jardín de niños superan a los alumnos de nivel medio superior en el famoso reto del malvavisco (marshmallow challenge), el cual consiste en que los alumnos deben construir una torre de palillos en 20 minutos, gana el que construya la torre más alta, que se mantenga por sí sola y que hasta arriba tenga un malvavisco. La razón por la cual los niños les ganan a los jóvenes es porque lo hacen jugando, no les preocupa fallar, se divierten.

También platicamos de que los alumnos se motivan más a estudiar si los ayudamos a encontrar más rápido las cosas que les gustan y para las que tienen ventajas. Adolfo me platicó que en Dinamarca, la mayoría de los adolescentes se toman todo un año para encontrar su vocación y de esta forma, las cosas que estudian están más encaminadas en lo que realmente les interesa y así estudian con más alegría y empeño.

Finalmente, coincidimos en que debemos ayudar a los docentes a aprovechar la Inteligencia Artificial para que esta transfiera conocimiento a los alumnos y así los profesores puedan enfocarse en motivar a los estudiantes durante su proceso educativo.

También es importante que ayudemos a los profesores para que aprovechen las nuevas tecnologías para conocer mejor a sus alumnos, que entiendan con mayor profundidad lo que necesita cada alumno para aprender mejor.

No hay necesidad de que los alumnos vean la educación como un suplicio, es mucho mejor para todos que lo vean como algo atractivo y muy útil para ellos. Esto podría generar un cambio radical y ayudar  a que tengamos un mucho mejor país.

La motivación y el interés son los motores del aprendizaje; es hora de que nuestra educación evolucione y se adapte a las necesidades de los estudiantes del siglo XXI, es hora de apoyar a las escuelas y los profesores para hacer brillar a cada mexicano.

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