Esta semana Asli Aydintasbas, un periodista que vivió cómo Turquía dejó de ser una democracia y cómo los ciudadanos se organizaron para contrarrestar ambiciones autoritarias de Erdogan, expuso seis muy interesantes recomendaciones de cómo podrían los estadounidenses defender su democracia si Donald Trump tiene alguna tentación autoritaria; se las quiero compartir por su utilidad, no sólo para Estados Unidos, cada quien la puede tropicalizar a la situación propia.
1) No entrar en pánico, las autocracias toman su tiempo.
Instaurar un autoritarismo toma varios años. Hasta los líderes más apoyados, carismáticos y autoritarios enfrentan obstáculos para desarticular los candados que protegen los derechos políticos y las libertades de la gente, como la resistencia al cambio de las burocracias, los tribunales del poder judicial, los medios de comunicación, entre otros.
Especialmente, en Estados Unidos hay muchas protecciones a la democracia; Aydintasbas remarca el sistema que descentraliza mucho el poder, por ejemplo los estados y gobernadores tienen mucho más poder que en México a la hora de determinar varios impuestos y cómo gastan su presupuesto.
2) No te desenganches, mantente conectado.
Cuando un líder carismático y autoritario tiene una victoria electoral abrumadora, es natural que los opositores sientan la necesidad de desconectarse de la política, no obstante, no hay “nada más significativo que ser parte de una lucha por la democracia” y “La respuesta a una derrota política no es desconectarse, sino organizarse”.
3) No temas a los conflictos internos
La victoria de Donald Trump ha generado luchas internas dentro del Partido Demócrata. lo que es natural y sano, estas recriminaciones y acusaciones son necesarias para avanzar. En Turquía, Hungría y Polonia, solo después de que los partidos de oposición enfrentaran su desalineación estratégica e ideológica con la sociedad, pudieron comenzar a luchar de manera efectiva.
Trump ha aprovechado la creencia generalizada de que el orden económico, las relaciones laborales-capital, el sistema de vivienda y el sistema de inmigración están rotos. Puede que lo consideres un hipócrita, pero no hay duda de que ha convencido a una gran parte de la sociedad estadounidense de que él es, de hecho, el agente de cambio, un portavoz de sus intereses frente a las "élites demócratas". Esto es exactamente lo que líderes autoritarios como Erdoğan y Orbán han logrado.
Para que el Partido Demócrata se redefina como una fuerza de cambio, y no solo como el guardián del statu quo, necesita transformaciones fundamentales en cómo se relaciona con la clase trabajadora en los Estados Unidos.
4) Un liderazgo carismático no es negociable
Lo importante son las instituciones, la defensa de la democracia, de las libertades, y el aburrido conocimiento que se obtiene con mucho esfuerzo, pero eso no gana elecciones, se necesita un líder cautivador que movilice el descontento social, eso es insustituible.
5) Identifica las políticas y sáltate las protestas
Las protestas en la calle no son tan útiles, tampoco enarbolar causas de la clase media urbana que no resuenen entre el grueso de los trabajadores y la vida cotidiana del habitante promedio del país.
Los líderes autoritarios enarbolan discursos que traspasan divisiones tradicionales de raza, género y clase. En Turquía, los defensores de la democracia se enfocaron demasiado en manifestaciones callejeras y discursos que hacían eco entre sus semejantes únicamente.
6) Mantén la esperanza
Mantener viva la esperanza. Nada dura para siempre, la mayoría de los intentos autoritarios fracasan y en un país con tantas defensas para la democracia, con un poder tan descentralizado y una tradición de libertad tan extensa como los Estados Unidos, es más fácil defender la democracia.
Que Trump regrese al poder con tanto apoyo plantea desafíos para la democracia estadounidense, pero como todos, cometerá errores. Estados Unidos sobrevivirá los próximos cuatro años si quienes apoyan la democracia se recuperan y aprenden de los éxitos de propios y opositores de todo el mundo, una lección que nos sirve para muchos otros países.