Seamos realistas, si Chícharo hace un comercial lo ve todo México y gran parte de Estados Unidos, si Chícharo llora hablando con sus papás, todo mundo juzga su vida, si Chícharo anota gol en Manchester, Madrid, Leverkusen, Londres, Los Ángeles o en el Azteca es portada de todos los medios.

Si Chícharo es papá, corta a su novia, es portada también de todos los medios, si Chícharo habla de AMLO todos los bots y fifís y chairos debaten de ello, si Chícharo dice que Vela es mejor que Cuau todos se suben a la polémica, si Chícharo juzga a la Federación Mexicana por el manejo económico que tienen, los aficionados escuchan, si Chícharo sueña cosas chingonas, los mexicanos soñamos cosas chingonas.

Si Chícharo se pinta el pelo de naranja

, todos comen frituras y hablan de su intrépido look, si Chícharo festeja su cumple con su familia y sus compañeros arman una fiesta en una casa de las Lomas antes de un Mundial, todos salen a decir que el festejo del número 14, si Chícharo es el maximo anotador de la Selección Mexicana, el debate nunca acaba de la calidad de sus goles.

Si Chícharo toma una foto a un árbol y pone una frase reflexiva en su IG creemos que se pierde en el camino aunque ya lo haya encontrado. No le busquemos más, entendamos que él ya sabe el rol que juega en este país, no solo en una cancha, sino en todo México y fuera de nuestras fronteras no hay y tampoco ha existido un jugador que mueva tanto la industria como Javier Hernández.

¡Bienvenidos, bienvenidos! A la Chicharomania.

@EnriqueVonBeas

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