Siendo muy objetivo, el America armó un equipo de miedo. La base ya era muy fuerte y letal; ahora, con la incorporación de un lateral derecho de gran calidad (Kevin Álvarez) y el mejor ofensivo de los últimos torneos en la Liga MX (Julián Quiñones), quien incluso busca su oportunidad como naturalizado para jugar con la caótica y criticada Selección Nacional, luce todavía más fuerte y sólido.
El atacante colombiano —ahora ex del Atlas— se suma a esas alas con Diego Valdés, Alejandro Zendejas, Jonathan Cabecita Rodríguez, Henry Martín, Richard Sánchez, Álvaro Fidalgo y Brian Rodríguez.
Un trabuco de época.
Del otro lado, en el equipo de los mexicanos han trabajado para que —después del buen trabajo de Veljko Paunovic— logren tomar confianza y, con la llegada de Erick Gutiérrez, la competencia interna logre sacar los mejores partidos de Víctor Pocho Guzmán, Alexis Vega, Roberto Piojo Alvarado, Fernando Nene Beltrán y la posible incorporación de Alan Pulido.
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Con Fernando Rubén Oso González, Isaác Conejito Brizuela y Pável Pérez, como muy buenos complementos a ese primer equipo que también se ve bastante bien.
Los dos grandes de nuestro futbol mexicano sacan suspiros a sus aficionados.
Eso sí, que el torneo esté muy mal calendarizado es otra cosa.
¡Bienvenidos, bienvenidos! Al día en el que decimos que se viene el poderoso América y las poderosas Chivas.
