Ante todos los ojos de México , la justicia en el futbol de nuestro país no existe.
El influyentismo y la manipulación de los reglamentos, las interpretaciones cuando son del dueño de la pelota, quedan en un regalo, pero no en la sanción justa.
Es muy sencillo: si la Liga MX en verdad quiere erradicar la palabra PUTO del vocabulario de sus aficionados, al borde de girar toda la narrativa del fin de semana pasado en ese tema, no puede ni debe permitir que el director técnico del América, por sus desplantes, haga eso. Es ridícula la sanción de tres partidos.
Esto sobrepasa la lectura de un entrenador que no sabe perder, que siempre hace escándalo ante la derrota. Miguel debe darse cuenta, y pronto, de que esos arranques lo han mandado siempre a la congeladora.
Hoy mismo tiene un ultimátum del dueño del futbol mexicano, el patrón del América , pero la operación sólo es interna, ya que la gran contradicción es condicionar y corromper la transparencia y justicia que tanto necesita nuestro país, nuestro futbol profesional.
La idea es seguir engañando con que quieren erradicar una palabra, aunque en el fondo sientan y crean que es parte de nuestra cultura. De nuevo, dejan ir una posibilidad de congruencia y legitimidad. En fin, allá ellos y esa eterna manipulación a su conveniencia.
¡Bienvenidos, bienvenidos! A la demostración de que el América es el dueño de la pelota.