La semana pasada, en la mañanera el presidente AMLO, contundente afirmó: “Claro que puedo hablar de la UNAM y puedo hablar de cualquier universidad. Somos libres, la verdad nos hará libres”
Coincido totalmente con su frase, es más, la tomo literal: “Somos libres” se aplica por igual a todos, gobernantes y gobernados.
“La verdad nos hará libres” es frase con doble génesis histórica. Filosófica una. Para Sócrates el conocimiento libera de la ignorancia. Y religiosa la otra. En el Evangelio la verdad equivale a la fidelidad a la palabra de Jesús que libera del pecado: “Si os mantenéis fieles a mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”(Juan 8,31-32).
No es el significado filosófico, sino el religioso el que interesa al presidente. Desde su tribuna no pretende informar verazmente a la ciudadanía, busca discípulos fieles a su palabra.
Así quedó demostrado con el nuevo ataque al programa de estudios de Derecho en la UNAM, como lo había hecho en octubre del 2021, cuando señaló que la casi ausencia de materias como derecho constitucional, laboral y agrario, convertían a nuestra Alma Mater en una universidad “individualista” sin sentido social y alejada del pueblo. Año y medio después insiste en el mismo tema, y… con el mismo error.
En entrevista con El Universal (23 de octubre 2021), aclaré lo que reitero ahora: lejos de disminuir la oferta de esas materias, por el contrario, ha aumentado. Con el plan de estudios de la “época neoliberal” (Plan 1694) se agregaron 2 tópicos a los 2 existentes en materia constitucional: además de derecho constitucional y amparo, teoría de la constitución y garantías constitucionales y 4 optativas.
En materia social: derecho individual de trabajo, derecho colectivo procesal del trabajo y derecho de la seguridad social; derecho agrario, y 4 optativas incluyendo derecho indígena. Con el Plan 2117 se incrementaron sustancialmente los créditos tanto de derecho público y social en obligatorias como optativas, para alcanzar 13 en constitucional, 3 en laboral y 3 en agrario, sin contar en el posgrado. Los planes pueden consultarse en www.derecho.unam.mx/escolares/planes.php.
No obstante esa evidencia, el presidente afirmó: “En el periodo neoliberal prácticamente despareció el derecho constitucional, desapareció el derecho laboral y sin duda desapareció el derecho agrario”. Aseveró que “las instituciones formadoras de abogados alejaron a los estudiantes de las preocupaciones, de las demandas de las necesidades del pueblo, y los formaron sólo para defender los intereses de las cúpulas”.
Para justificar “hasta dónde llegó el retroceso en materia académica durante el periodo neoliberal” criticó al anterior director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Pedro Salazar (PS) y a su actual directora, Mónica González Contró(MGC) sin reparar en que el segundo periodo de PS (2018-2022) y la designación de MGC (septiembre del 2022), no acontecieron “durante el periodo neoliberal”, sino durante la 4T, salvo que ésta haya sido neoliberal del 2018 a la fecha.
Adicionalmente señaló de cada uno que “no pasó por la UNAM”, pero sus respectivas reseñas curriculares, indica lo contrario: los dos fueron respectivamente secretario y secretaria académicos del IIJ; docentes de la Facultad de Derecho e investigadores de tiempo completo en el Instituto por muchos años. La Dra. MGC fue Abogada General de la UNAM (2015-2020). El Dr. PS fue secretario y presidente del Consejo Interno, integrante del Consejo Técnico de Humanidades, presidente de la Comisión de Legislación Universitaria del Consejo Universitario y miembro del Claustro de Doctores de la Facultad de Derecho.
¿Por qué de nuevo el ataque al Plan de estudios de Derecho de la UNAM y ahora al IIJ? La respuesta: “Lo hago para llamar la atención sobre cómo tiene que llevarse a cabo una reforma en el Poder Judicial, pero también se trata de ir reformando nuestra alma mater”. Escasos días después el diputado morenista Armando Contreras presentó una iniciativa para reformar a la Ley Orgánica de la UNAM, violatoria de la Ley General de Educación Superior.
“La posverdad equivale a una forma de supremacía ideológica, a través de la cuál sus practicantes intentan obligar a alguien a creer en algo, tanto si hay evidencia a favor de esa creencia como si no”. (Lee McIntyre- La Posverdad-ed Cátedra, 2018, pg 42).
Si el estimado lector se pregunta ¿cómo y por qué es esto posible?, la respuesta es muy sencilla: “En un mundo en el que los políticos pueden desafiar los hechos y no pagar ningún precio político por ello, la posverdad es mucho más importante que cualquier persona” (ibidem , pg 43)
Docente/investigador del IIJ de la UNAM
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