Dos eventos conmocionan a México, EUA y el mundo: el homicidio colectivo de 40 migrantes indebidamente encerrados y calcinados en un incendio en la estación de migración de Ciudad Juárez, y la presencia de Trump ante una Corte en NY.
El primero es una monumental vergüenza nacional. Un video reveló la presencia de guardias y custodios indiferentes ante las llamas, humo y gritos desesperados de hombres encerrados, sin hacer nada para sacarlos, hasta que llegaron los bomberos para extraer cadáveres.
Doble vergüenza: México con su gran embajador, Juan José Gómez Camacho junto con el embajador de Suiza, Jürg Lauber, promovió en la ONU el PACTO MUNDIAL PARA UNA MIGRACIÓN SEGURA, ORDENADA Y REGULAR, primer acuerdo para ordenar los flujos migratorios entre países expulsores, en tránsito y receptores y reducir su VULNERABILIDAD.
El Pacto fue suscrito por 164 países en una conferencia de la ONU en Marruecos (diciembre/2018); un hito histórico para cerca de 258 millones de migrantes en diversas partes del mundo.
¿Habrán leído las autoridades migratorias el Pacto impulsado por México, si ni siquiera atendieron las auditorías de la ASF que anticiparon hacinamiento grave, riesgos y personal descalificado?; ¿con qué cara el país coautor del Pacto le explica al mundo lo acontecido en Ciudad Juárez?
Con sobrada razón El Salvador pidió la destitución del Comisionado del Instituto Nacional de Migración (¡doctor en derecho y en derechos humanos!) el ausente Francisco Garduño Núñez.
En cuanto a la presencia de Trump en la Corte de NY generada por el valiente fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, el juez Juan Manuel Merchan le leyó cargos por 34 delitos de falsedad documental, sancionados con 4 años de prisión, y más al ocultar el soborno a la actriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio con 130,000 dólares, sobre relaciones sexuales con ella antes de la elección.
“Parece tan surreal- Wow me van a arrestar. No puedo creer que esto esté pasando en América” escribió Trump en redes; primer expresidente de los EUA, en ser llevado ante un tribunal. ¡Hecho histórico!
La incredulidad de Trump sobre su arresto temporal en la Corte de NY, descansa en la convicción que tiene todo líder populista que al estimarse salvador del pueblo (“Mi único delito es salvar a América”) frente a sus enemigos históricos o inventados, lo coloca por encima de la ley y así no está sometido al derecho, por tratarse de un ser superior, metajurídico.
De la misma manera en que la Teología “explica” al milagro como alteración de la ley natural, p.ej. la resucitación de Lázaro (Juan 11:41-44), con el poder de Dios-Hijo sobre la muerte, la Teoría del Estado “explica” la alteración de la ley positiva en la inaplicación de la sanción penal, que en eso consiste la IMPUNIDAD, por el poder de intereses políticos dominantes. En ambos casos, un ser que se siente superior al mundo terrenal de la naturaleza (Dios) y del derecho (el Líder) se coloca por encima de ambos y los determina. Es así como el populista Trump, se identifica con la divinidad susceptible de controlar al mundo jurídico, que no puede someterlo. Por ello no me sorprendió su enojo, contenido en esa cara de piedra sentado en la Corte, además frente a un juez de origen colombiano, y por acusación de un fiscal afroamericano, con el desprecio que siente por los latinos y afros el supremacista blanco.
Lo que el fiscal y juez de NY demostraron al mundo, al llevar a Trump ante la Corte, es que ese derecho que ha despreciado como empresario, presidente y expresidente, es justamente el instrumento que permite bajar a los “inmortales mesías o dioses” al mundo de los humanos y sujetarlos a la justicia terrenal. ¡Enhorabuena!
¿Sucederá lo mismo con el oprobioso crimen en Cd. Juárez, o al igual que en la guardería ABC, de Hermosillo, sólo se castigará a los servidores inferiores, dejando impunes a los superiores?