El Partido Popular encabezado por el gallego Alberto Nuñez Feijóo ha sido la fuerza política más votada en España tras las elecciones de este 23 de julio. Sin embargo, los tiempos de las mayorías absolutas han quedado atrás. El PP obtiene una victoria amarga: a pesar de lograr una votación de 33% (136 escaños), es decir 3 millones de votos más que en 2019, tiene un escenario lleno de obstáculos para que pueda formar gobierno.
Por otro lado, el gobernante Partido Socialista Obrero Español de Pedro Sánchez obtuvo 122 escaños, es decir, solo dos más respecto a 2019, pero estaría en condiciones de reeditar su mayoría en el Congreso de la mano de partidos separatistas como Esquerra Republicana de Catalunya, Junts per Catalunya y Euskal Herria Bildu así como con la izquierda de SUMAR. La ultraderecha de Vox pierde 19 escaños en comparación a las últimas elecciones, pero se mantiene como tercera fuerza política del país con poco más de 3 millones de votos (33 escaños).
Ante este panorama aparecen dos interrogantes. Primero, ¿debe gobernar el partido que obtiene más votos? es decir, el PP, o bien ¿debe gobernar quien está en condiciones de formar una mayoría en el Congreso? En este caso el PSOE. Desde la transición democrática en España en 1978 el partido que ha obtenido más escaños es el partido que ha gobernado. Así lo fue con Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y el mismo Pedro Sánchez. El artículo 99 de la Constitución española, ordenamiento derivado de la transición española señala que “…el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno”. Así, Nuñez Feijóo será quien tenga que buscar convencer a los otros partidos que le voten o se abstengan, escenario difícil de que suceda.
La hegemonía del Partido Popular y el PSOE es cosa del pasado. El sistema de partidos de 1978 se ha modificado y nuevas fuerzas políticas han irrumpido en la escena nacional en los últimos 15 años: la extrema derecha de Vox, así como la izquierda de Sumar (antes Podemos), tercera y cuarta fuerza política, respectivamente. Ahora, gobernar en solitario ya dejó de ser una opción.
España se verá inmersa en las próximas semanas en un ciclo de incertidumbre, una especie de impasse político dominado por dos grandes bloques, el PP con Vox, y el PSOE con Sumar y los partidos separatistas con altas dosis de polarización. De momento, el PSOE de Pedro Sánchez resiste, el PP camina a un callejón sin salida y la nostalgia franquista con Vox se sosiega.