Ya amanece más temprano y el sol se mete un poquito después, pero el frío aún se deja sentir no solo en la sombra y con el atardecer. Aquí en España sí hay cambio de horario y se da el último fin de semana del mes de marzo, justo después de las Fallas valencianas, cuyas representantes ya han comenzado a hacer ruido y presencia por el centro de Ciudad Vieja. Las fallas de marzo empiezan en febrero. Fotos de rigor junto a la Basílica y la catedral, falleros y falleras están además felices con la dotación de 3,630 euros para la falla “Homenaje a la labor realizada por las Fuerzas Armadas en la Dana”. Dinero bien gastado, no cabe duda. El gran problema de este año es que el pueblo valenciano esta cada día más frustrado por el pésimo manejo de esta –las lluvias torrenciales de finales de octubre- y protesta todos los fines de semana con manifestaciones ruidosas y bien concurridas. “Mazón dimisión”, es el coro, mientras que este hombre se agarra hasta con los dientes de su puesto de presidente de la Comunidad Valenciana. Integrante del PSOE, ya también se le vinieron encima los paros de transporte público al menos de aquí a finales de marzo. Y me pregunto: ¿Qué fue de los verdaderos servidores del pueblo, las raras excepciones de antaño, quienes por honor y malograrse con su pueblo renunciaban a su cargo? ¿Alguna vez existieron o son producto de mi imaginación?
Luego esta todo el asunto de los turistas. Y es que sí son muchos, todos los días y a todas horas. La comunidad grafitera se ha encargado de expresar su descontento con mensajes de “tourist go home”, “tourist fuck off” o, la más española de todas “Guiris go home”, en varias paredes clave de la zona peatonal. Gente tranquila la Valenciana, no como en Barcelona que los mojan con pistolas de agua. Una pensaría que todo este personal extranjero es bueno para la economía pero no, una postal, un helado, en épocas de calor un vaso de orxata de chufa con o sin farton, de allí no pasa. En el Mercado Central –el más grande de Europa- los visitantes ahora tienen que tomar turnos y recibir explicaciones afuera del recinto para no causar tráfico peatonal y embotellamientos de gente junto al puesto de jamones, turrones y jugos frescos. Turistas de día. También hay turistas por días por lo que hay que tomar en cuenta la gran cantidad de Airb'n'bs, así como departamentos gentrificados a precios imposibles para el valenciano común y muchos de nosotros expatriados, emigrados, y similares quienes juntos, pero no revueltos, tratamos de hacer de Valencia nuestro hogar. Según cifras de statista.com, existe un total de 642,296 extranjeros aquí radicados, de un total de cinco millones y casi 300 mil habitantes de la Comunidad. Un numero serio. La revista Forbes declaró en 2024 a Valencia la mejor ciudad para jubilarse. Caminando por las calles oigo idiomas que no reconozco y acentos que me gusta adivinar: Venezuela, Colombia, Ecuador, Marruecos, Ucrania, Rumania, el caso es que al joven español de hoy no le alcanza ni para la renta de una caja de zapatos. ¿La solución? Pedro Sánchez, el presidente, ha decidido cancelar la Golden Visa a partir de abril, documento que aprueba la residencia de aquellas personas capaces de permitirse una o varias propiedades por un total de medio millón de euros. Además, toda propiedad adquirida por extranjeros llevará un impuesto de 100% sobre su precio. Tapemos el pozo al fin que todavía hay tiempo.