Una mañana, aparece una zapatilla roja en el cofre del auto de lujo del jefe de la policía judicial de la ciudad. ¿Qué onda? Se pregunta el Sebas, un madrina milusos, al descubrir la prenda; y también el lector que tiene la nariz adentro de esta novela publicada por Nitro Press en asociación con la Secretaría de Cultura del estado de Querétaro, en septiembre de 2024, en México. Yo, Judas, obtuvo el premio Otra vuelta de tuerca, que impulsa el gobierno de Querétaro, en 2023. Por supuesto que es una novela donde los policías judiciales parten el queso y lo que sigue.
Alejandro Pérez Cervantes, nacido en Saltillo, Coahuila, en 1973, con un estilo directo, desarrolla una historia que ocurre en el siglo pasado en una ciudad donde los judas, expresión con que se denominaba a los policías judiciales, debían resolver cualquier tipo de delito. El Sebas, es una persona que no encuentra su destino ya que carece de habilidades para muchas cosas. Es un joven de barrio nacido para perder. Tiene una prima, Paloma, a la que cuida desde que es niña pequeña. Le agrada como se convierte en una adolescente guapa y vivaracha. Como no es buen estudiante, entra de madrina a la policía y le toca acompañar al agente Pinacate, un policía de experiencia, en investigaciones, extorciones, borracheras y lo que apareciera. Trabajan a las órdenes del comandante Guerra, un jefe que oculta sus preferencias sexuales aunque todos estén enterados de su gusto por los jovencitos. En ese ambiente se forma el Sebas, que desde luego, aspira a tener su placa de latón como agente y hacer la ronda en un auto grande luciendo su reloj.
Nada se supo del origen de la zapatilla roja. Un día apareció una pequeña escalera en una casa del barrio que nadie había construido. Para el Sebas, todo se salió de control cuando en la secundaria a que asistía encontraron el cuerpo de Paloma. Dejo a su interés de lectura las condiciones en que la prima fue localizada. En este punto la novela sube de intensidad. ¿Qué ocurre con el madrina?, ¿cuál es el papel del Pinacate en este caso?, ¿a quién le toca deshojar la margarita? Pérez Cervantes, sin apresurarse, como debe ser en una novela policiaca, cuenta cómo los acontecimientos golpean a los protagonistas. Es cuando el Sebas obtiene su placa, un punto al que sé que a usted le gustaría llegar sin que le digan cómo sucede.
Una ciudad mexicana sin tugurios es inconcebible. Como es bien sabido, en esos lugares transcurre la mitad de la vida. Aquí hay varios donde los parroquianos lavaban sus penas. Bar Marte, Cuatro ases, Rincón del tigre, Club verde, Ocho negro. En la parte final de Yo, Judas, dos de ellos juegan un papel fundamental, que usted estará encantado de descubrir. Es interesante como se cruzan las vidas de los personajes y los momentos clave que generan. El autor recupera un perfil perdido, en parte, de la policía mexicana, cuyo interés por la justicia se reduce a lo que puedas obtener con las triquiñuelas.
Yo, Judas es una novela de gran crudeza donde el valor de los seres humanos es poco. También ofrece una parte donde los poderosos pueden disfrutar de una vida privada en que todo se vale y todo se acuerda. Ya la verán. Los invitamos a continuar su año de lecturas con esta novela mexicana, que podría traerle recuerdos y si usted es joven, preguntas. La historia de nuestro país tiene muchas caras. Aquí hay una. Abrazos y cuídense del frío.