La literatura mexicana es un crisol de novedades porque nada detiene a los jóvenes escritores. Es maravilloso percibir cómo se convierten en novelistas y de inmediato entran en calor sin temor a despeinarse. Al parecer es el caso del presente autor que con La joya robada, su primera novela, que mereció el premio FENAL-Norma 2022, entró de lleno al reino de la imaginación donde el más tullido es alambrista y el más molacho masca rieles. La obra fue premiada por el Instituto Cultural de León, Guanajuato, y publicada por Santillana Educación México, en febrero de 2023.
Elik G. Troconis nació en la Ciudad de México en 1995. Parte de su formación como escritor la recibió en la Fundación para las Letras Mexicanas, donde fue becario y pudo desarrollar esta novela con solvencia. La joya robada es una novela para jóvenes. Todo mundo en paz. Es para jóvenes de todas las edades. El personaje principal es Don Quijote de la Mancha, que vigila celosamente una venta, que él toma por castillo, donde ocurre un asesinato. El caballero de la triste figura de inmediato se convierte en detective en una novela llena de humor, reflexiones éticas y un proceso de investigación que se desarrolla en presencia de todos los huéspedes molestos por no poder abandonar la venta, y por los curiosos interrogatorios a que son sometidos por el acucioso detective, asistido de cerca por su noble escudero, Sancho Panza.
Resulta realmente ingeniosa la manera en que Troconis convierte al mayor personaje de nuestra literatura en investigador. Les sorprenderá la habilidad con que lo lleva del lugar del crimen, una de las habitaciones de la venta, al pensamiento de los huéspedes que deben esperar la solución del caso. ¿Encontrará al culpable? No puedo responder esa pregunta, lo que puedo asegurar es que disfrutarán la lectura y estarán de acuerdo en que don Quijote es un personaje que nunca morirá, sobre todo porque es posible darle vida cuantas veces sea necesario. Por supuesto que evoca constantemente a Dulcinea, esa belleza doblemente imaginaria que es una de las convenciones de nuestra cultura. Es notable el acierto de Elik que en toda la novela maneja con gracia el lenguaje que Cervantes convirtió en uno de los elementos más importantes de su obra inmortal. Ya verán ustedes quiénes rinden honor a quien honor merece. Solo por animarlos, señalo a uno de los detectives que no duda en reconocerlo como el más grande detective que en el mundo se ha visto, Sherlock Holmes.
Elik G. Troconis es joven. Qué bien. Y domina el arte de narrar una trama sin apresuramientos, sin abandonar el territorio humorístico que ha elegido y siendo fiel al lenguaje como vehículo semántico y rítmico, algo que nace de un proceso de corrección que se genera en la paciencia. ¿De qué se vale Don Quijote para descubrir al tunante asesino? No seré yo quien arruine su curiosidad. La seguridad que quiero darle a usted que sigue esta columna en EL UNIVERSAL es que La Joya Robada es una novela que no le quedará a deber; en primer lugar porque está muy bien desarrollada y porque el autor consigue trabajar una trama con un personaje inmortal sin demérito. Como seguramente intuyen, es una novela que se lee de un jalón, y no solo porque es de detectives y lleva al Caballero de la Triste Figura como personaje, sino porque está cuidadosamente escrita. Celebro la acertada elección del jurado, felicito al autor y también a usted que no teme leer escritores mexicanos.