En 1987, Francisco Hinojosa publicó un libro que contenía el cuento “Informe Negro”, una sorprendente pieza de 100 brevísimos capítulos que de inmediato le ganó el respeto de los lectores de novela negra. Muchos años después decidió trabajar el texto hasta convertirlo en novela. Autor meticuloso, que además es capaz de escribir más de una historia a la vez, consiguió su objetivo y nos volvió a sacudir con el primer caso del detective Tomás Sanabria. ¿Qué hizo? Desarrolló cada minicapítulo hasta crear las atmósferas necesarias para la metamorfosis. La novela se titula también Informe Negro y fue publicada por el Fondo de Cultura Económica, en octubre de 2024 en la Ciudad de México.
Sanabria tiene algo similar con Don Quijote, “a Tomás se le embotó la cabeza de tanto leer novelas policiacas”, afirma Hinojosa, y señala a algunos autores de una biblioteca especializada donde destacan Rafael Bernal, Manuel Vázquez Montalbán, Agatha Christie y Dashiell Hammett, entre muchos. Sanabria es un hombre maduro, un protegido de mamá que renuncia a su trabajo en una fábrica de clips, revisa la Constitución y no encuentra nada que le impida autonombrarse detective; entonces se hace una credencial, convierte la sala de su departamento en oficina, pone un anuncia en El Universal, se bebe un vaso de whiskey y espera su primer cliente. Mientras llega va a una cantina de la que es más o menos asiduo, le cuenta al dueño de su nuevo oficio, le dice que anda tras una asesina y le muestra una foto antigua de su madre, una señora que vende bufandas y siempre lo saca de apuros. En ese lugar, Cornelio, un visitador médico, se quita la sed cotidianamente, también mira la foto y conserva una tarjeta. Tomás siente que ha empezado correctamente pero nadie llama.
Está en esa reflexión cuando tocan a la puerta. Es Francisca, una belleza que fue su hijastra años atrás. Le cuenta que mataron a Chucho, su novio, un chico que tocaba en un grupo de jazz y trabajaba en un taller mecánico. La chica está atemorizada. Ha recibido un telegrama que es una amenaza y sin invitación se queda en la casa del detective aunque a él no le gusta la idea, algo que a Francisca la tiene sin cuidado y le pasa los nombres de las personas cercanas al músico. El detective hace su trabajo avanzando despacio. Bebe whiskey, admite que Francisca es hermosa pero nunca hablaron del famoso adelanto que reciben los detectives al iniciar. Entonces busca a mamá para que le preste dinero. La madre generosa siempre lo saca de apuros. Uno de los amigos de Chucho le hace una revelación que lo lleva a un famoso bar de San Ángel. Aquí la novela sube decibeles. Desde luego, no seré yo quien arruine ese momento que está usted esperando tanto como saber quién es esa tal Manuela que tan bien se mueve en lo seco y en lo mojado.
En los últimos capítulos, Hinojosa nos presenta la parte álgida del drama. El detective Sanabria demuestra que es valiente.
Cornelio lo acompaña y resulta ser un buen Doctor Watson. Como usted sabe, todo detective privado debe tener un contacto dentro de la policía, y Sanabria lo tiene. Le va a encantar lo que viene a continuación, solo le diré que ya estamos en el capítulo 90 y la cosa está que arde. Lean Informe negro, vale mucho la pena. Les adelanto que el sentido del humor de Francisco Hinojosa campea a lo largo de la novela. Un detalle que se agradece en este mundo donde tanto truenan pistolas como misiles y Barret y Ak nomás. Saludos.