Los cuentos de Mónica Lavín complementan la visión boxística que nos heredó el maestro Cortázar; no nockean, pero si vapulean suavemente como canción de Roberta Flack. El Lado Salvaje, publicado por Tusquets en su colección Andanzas, está lleno de mujeres. Cada una es una historia, una experiencia, una visión del mundo, sin dejar fuera a las adorables atrevidas que llenan el mundo de sonrisas, abrazos, calor e ideas que nacen del corazón. “Las verdades siempre son verdades a medias”, nos advierte la autora, para que nadie se llame a engaño. Y vean el valor de esta expresión de lo más femenina, “la mañana está hecha para los penitentes, para los que trabajan de sol a sol como si le debieran algo a la vida”. Órale. El libro vio la luz en abril de 2024 en la Ciudad de México.
Mónica Lavín nació en la Ciudad de México y en 2023 fue reconocida con el Premio Nacional Letras de Sinaloa por su trayectoria como escritora de primer nivel. Leer un libro de ella es conocer un poco más el universo femenino, que nadie se atreve a negar que es muy complejo. En cada cuento hay una mujer en una situación extrema, algunas llenas de incertidumbre como la chica de “Red trolley”, que poco a poco descubre un aspecto de sí misma que desconocía. “Waldo” les va a encantar y bastantes de ustedes comprenderán por lo que pasan los héroes que aminoran las desgracias en los terremotos. Mónica vapulea, con la fineza propia de su estilo depurado crea personajes que juegan con su circunstancia. Ya leerán lo que cuenta en “Deprimido”, ese extraño nombre con que los constructores llaman a los túneles urbanos, donde expresa, “El amor…es una sensación física que alumbraba un cableado profundo”. “Cantata para tres mesas y un pastel de manzana” podría ser un corto de Jorge donde el color y el blanco y negro luchan a muerte dentro de recuerdos paralelos. Uy. “Enférmate conmigo” es un encanto, uno de los pocos cuentos en que un personaje masculino hace una propuesta clave. Leer cuentos es un placer que se comparte. Es difícil guardar las emociones que surgen de estos veloces asteroides llenos de sorpresas, como el cuento del primo, que “gobernaba seduciendo paladares”. Les va a llegar al corazón.
Un aspecto que me agrada del libro de Mónica es la versatilidad. En lo particular no me seducen los libros con unidad, doy mayor valor a la variedad, a lo poliédrico, como en este caso, en cada cuento es una ruta sin explorar. Un cuento está dedicado al sismólogo Charles Richter, que es una revelación de cómo este científico pasó sus últimos días. Los nuevos lectores de Mónica quizá no vivieron una época impresionados por la belleza de Dolores del Río, pero les va a gustar leer sobre su casa en Acapulco, y cómo era un referente turístico en el puerto que por poco destruye Otis. El cuento trágico de la colección es “Despiernado”, que sugiero lean después de una copa de buen vino. “El niño de agua” es tan curioso, que seguro les recordará un caso que ustedes conocieron. “Los Globos” es una historia dura, donde Eros y Tanatos insisten en joderse la vida. “El piano es percusión y cuerda al mismo tiempo”, asegura “El afinador”, esa profesión tan necesaria y temperamental. “Zapatos boleados” es un cuento donde usted es personaje, no se haga. “Visite la torre Eiffel” es el más tierno de los cuentos, la define “como si hubiera crecido un árbol de fierro”. ¿A poco no es genial? En fin, la van a pasar bien con El lado salvaje. Leer es un acto para “construir amistad”.