Las creencias religiosas de los representantes políticos son tema de un constante monitoreo en los Estados Unidos, tomando en cuenta la peculiar separación estado-iglesia y el papel del cristianismo como expresión del Destino Manifiesto, una ideología que trasladaría el carácter de “pueblo elegido por Dios” del judaísmo a los puritanos (y sus descendientes) que atravesaron el Atlántico para fundar “una gran Nación” basada en principios bíblicos, pero que no expresan necesariamente una denominación religiosa en particular. Este punto es crucial y define las reservas hacia la Iglesia Católica, que pretende ser la “única y verdadera”. Esta ideología, además, es clave para entender las estrategias electorales de Trump, quien planteó MAGA (Hagamos nuevamente a (Norte) América Una Gran Nación)
En la 119ª Legislatura los cristianos representarán el 87% de los legisladores, una disminución constante, hace 10 años eran el 92%. Esta cifra rebasa la media nacional que actualmente es del 62%, en 1960 según Gallup los cristianos eran el 92% del total de la población, una disminución del 30%. En total habrá 461 cristianos en el Capitolio, cuando hace 8 años eran 491. De estos 295 (55.5%) son protestantes, mientras que los católicos son 150 (28.2%). De los grupos no cristianos, los judíos son el más numeroso, tienen 32 (6.6%) congresistas.
El Congreso no es representativo de las preferencias religiosas de sus ciudadanos pues el 28% de los norteamericanos declaran ser ateos, agnósticos o contestan en las encuestas, que en “materia religiosa nada en particular”, pero el Congreso sólo tiene menos del uno por ciento que se presenta cómo tal, son sólo tres congresistas.
La mayoría del Congreso es protestante (55.5%) pero estas cifras son muy superiores a la media nacional del 40% de protestantes, de estos la mayoría son bautistas 75 (14.2%) miembros, le siguen los metodistas (26), presbiterianos (26), episcopales (22), luteranos (19), comparada con legislaturas anteriores estas cifras han descendido.
Es importante tomar en cuenta la adscripción partidaria de los congresistas creyentes, el partido Republicano sólo tiene cristianos (protestantes, católicos), judíos y mormones. Mientras que el partido Demócrata tiene estas mismas tendencias, pero incluye una gran diversidad religiosa no cristiana, 66 congresistas demócratas no cristianos contra 196 que se declaran cristianos en alguna variante.
La inmensa mayoría de los republicanos son cristianos de distintas denominaciones y tienen un pequeño bloque de judíos e Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones). Por el contrario, los demócratas tienen una gran diversidad religiosa, 66 no son cristianos. El bloque protestante es numeroso, pero tienen más católicos (83) contra 67 de los republicanos. Los 9 congresistas mormones están afiliados a los republicanos. La mayoría de los judíos son demócratas (29), contra 3 representantes republicanos. En este caso es notable la representación de esta religión en el Senado (9%), cuando la presencia judía a nivel poblacional es del 2%. Un bloque relevante cuya presencia no puede ser soslayada.
Los demócratas tienen dos budistas, 4 musulmanes, 4 hindúes, tres universalistas unitarios, un humanista, 2 no afiliados y 20 congresistas que no quisieron dar su afiliación religiosa. Cabe mencionar que los republicanos tienen sólo dos casos que no quisieron identificarse.
Las investigaciones de Pew Research Center encuentran que cada vez más los congresistas que se incorporan al Capitolio, tienden a identificarse como cristianos en forma genérica y no recalcan tanto su adscripción denominacional. Por ejemplo, Donald Trump, antes presbiteriano, en 2020 informó que se consideraba “cristiano no denominacional”. Su actual esposa Melania es católica. Su hija Ivanka se convirtió al judaísmo. La adscripción religiosa ni la militancia republicana no es una variable significativa en la selección del gabinete de Trump, quien hace más énfasis en la lealtad a su proyecto político, Elon Musk (agnóstico) y Vivek Ramaswamy (hinduista) designados para reformular la Administración pública de los Estados Unidos no son cristianos. Probablemente este sea un punto de conflicto en la segunda mitad del gobierno de Trump donde la estructura del partido Republicano esté mas preocupada por mantenerse en el poder y Trump no puede reelegirse.
La prestigiada encuestadora Gallup planteaba que a fines del siglo pasado alrededor del 60% consideraba que la religión era “muy importante para su vida”, esta cifra bajó al 45% en 2023 en los Estados Unidos. En otras latitudes, en la Encuesta Mundial de Valores de 2018 el 51% de los mexicanos planteo que la religión “es importante para sus vidas”. Aunque después de la pandemia de Covid19 descendió al 26% de asistencia a los templos, particularmente entre los menores de 30 años.
Habría que preguntarse si el futuro de las iglesias no es distinto al futuro de las religiones.
Doctor en Antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH