Hace más de cuarenta años hubo una reunión de la Convención Nacional Bautista de México y se realizó una votación para ver quienes planteaban reunirse y trabajar con otras denominaciones religiosos, los que votaron a favor en el acto fueron informados que estaban fuera de la Convención, los ahora disidentes se quedaron con el control del Seminario y la Convención desarrolló otro destinado a continuar con la formación de sus pastores. Este episodio fue un reflejo de las dificultades en el mundo evangélico de encontrar espacios de colaboración inter eclesial.

La mayoría de las organizaciones del protestantismo histórico ha construido espacios de colaboración en torno a agencias misioneras interdenominacionales, como es el Instituto Lingüístico de Verano, el origen de estos esfuerzos se remiten al Congreso Misionero de Edimburgo (1910) y en 1916 celebraron el Congreso Protestante (Misionero) Panamericano, en Panamá, acordando impulsar un trabajo conjunto en América Latina pues llegaron a la conclusión de que el catolicismo había realizado una evangelización superficial y la población era mágico religiosa, entre otras razones, por el culto a los santos e imágenes que eran percibidas como formas idolátricas. También acordaron llamarse evangélicos pues el término protestante no era adecuado en América Latina.  

El presente estudio, tiene por objetivo analizar el contexto sociohistórico, político y religioso que dio origen e impulso el Congreso relacionado al Trabajo Misionero. Que se realizó en Panamá del 10 al 20 de febrero de 1916, en el cual se enfatizó acerca del impacto de la evangelización protestante, la educación y los aspectos socio-religiosos para América Latina. La metodología que se empleada para este estudio fue de tipo cualitativa, desde una perspectiva documental, la técnica de recolección de datos que se utilizó fue, por medio de diversas fuentes como libros de textos, informes, artículos de revistas de la época, diccionarios especializados, videos, escritos inéditos, entre otros. Se reconstruyeron los antecedentes históricos del Congreso, abordando su génesis en la reunión de 1913. Dicha reunión dio lugar a la formal organización al Comité de Cooperación para Latinoamérica (CCLA, por sus siglas en inglés) organismo dirigido por Robert E. Speer, Presbiteriano, y figura importa

El Congreso de Panamá unificó a las misiones de origen norteamericano y no fue apoyado por las iglesias europeas, quienes eran más cautelosas y no querían ofender a la Iglesia Católica romana. Durante la primera mitad del siglo pasado se instalaron en América Latina agencias misioneras que hicieron un trabajo proselitista, a la vez que llegaban misioneros con una estrategia diferente: impulsaban el desarrollo de iglesias independientes, desarrolladas por los primeros conversos. Esto dio lugar a una multiplicidad de iglesias evangélicas con propuestas teológicas, pastorales y eclesiales diferentes, a la vez que diversificaban el campo evangélico. Además, llegaron iglesias con propuestas teológicas alejadas del protestantismo como Testigos de Jehová, adventistas del 7º Dia y mormones.

A las fundaciones de nuevas iglesias debemos agregar las denominaciones pentecostales, quienes a su vez pentecostalizaron o carismatizaron a las iglesias evangélicas y protestantes, todo esto complica más el panorama religioso. Lo que debe quedarnos claro es que las nuevas iglesias no están interesadas en un trabajo ecuménico con las demás iglesias. Las organizaciones intereclesiales tienen su lógica en una estrategia de interacción con el estado en torno a problemas comunes, como pueden ser legislaciones en materia religiosa o cuestiones de orden público que les puede interesar como la legislación en torno al aborto.

Otras organizaciones de carácter transversal son los ministerios, organizaciones que se fundan para dar servicios al “pueblo evangélico”, en torno a cuestiones muy especializadas, que por su naturaleza no se involucran en cuestiones internas de las iglesias, aunque es evidente que sus líderes están relacionados con alguna de ellas.

Puedo citar a la Alianza de Comunicadores Cristianos interesada en formar especialistas que puedan operar medios cristianos en forma eficiente y con una perspectiva de excelencia comunicacional. Tiene más de 400 radios y canales de televisión relacionados, pero la orientación teológica de cada uno de ellos es otra cuestión. Lo mismo ocurre con CVCLaVOZ, una agencia que produce contenidos para que las radios evangélicas puedan estar en el aire las 24 horas. Otro ejemplo es la Asociación de Radios Cristianas en Español (ARCE)

Un ministerio exitoso es la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas A.C. de México (Confraternice) que se ha expandido a otros países. La semana pasada realizo su treinta y cinco Consulta anual con la presencia de más de 150 iglesias quienes tomaron nota de cuestiones legales, migratorias, de carácter fiscal y patrimonial, que fueron desarrolladas por funcionarios públicos y el equipo de la asociación.

El presidente pastor Arturo Farela Gutiérrez me explicó que las iglesias participantes mantienen total independencia en materia teológica, pastoral y doctrinal, así como en la formación de sus propios pastores. Confraternice se posicionó como organización evangélica por una lucha consecuente por la defensa de los derechos humanos de evangélicos, víctimas de intolerancia religiosa. La membresía puede ser a título personal o por iglesias. Tiene carácter de asociación civil y no es una asociación religiosa. Farela a su vez es líder de una asociación religiosa.

El éxito del avance de los evangélicos en México y América Latina está basado precisamente en la segmentación, donde cada congregación trabaja tratando de llevar “el evangelio a todas las naciones”. En esta perspectiva, si alguien le dice que es el obispo o el líder de todos los evangélicos le sugiero que lo trate con mucha precaución.

Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH

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