Este viernes se cumple un mes de la explosión de una pipa de gas en el Puente de la Concordia, en la alcaldía Iztapalapa, que dejó, hasta el momento, 31 muertos y decenas de heridos. La fiscal capitalina Bertha Alcalde aseveró que por ello dará un informe puntual sobre los peritajes de lo acontecido ese día. Sin embargo, nos recuerdan que la propia funcionaria ha venido revelando detalles, como que el chofer iba a exceso de velocidad antes de impactarse y voltearse, o que la unidad no tenía fallas técnicas. Veremos si se logran despejar todas las incógnitas que quedan y, sobre todo, el avance en las indagatorias para que haya justicia para los fallecidos, los deudos y los afectados. Castigo a quien tenga responsabilidad y reparación a las víctimas.
La bienvenida a la nueva contralora
Nos dicen que la llegada de Nashieli Ramírez a la Contraloría capitalina estuvo cobijada en todo momento por el gobierno central. Primero, antes de que subiera el pleno del Congreso el dictamen que proponía a la extitular de Derechos Humanos como la nueva encargada del órgano de control interno, el secretario de Gobierno, César Cravioto, estuvo con los integrantes de la Junta de Coordinación Política y, nos dicen, sólo era para ratificar que todo transitara bien. Más tarde y en la audiencia del Zócalo Ciudadano, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, la convocó e incluso la presentó ante los asistentes y se tomó la foto con los integrantes del gabinete. Vaya que doña Nashieli fue placeada, a diferencia de otros funcionarios que se han sumado y todavía no aparecen en alguna de las conferencias de la mandataria capitalina.
En la búsqueda de Kimberly
A cinco días de la desaparición de Kimberly Hilary Moya González, de 16 años, en Naucalpan, lo que prevalece es la incertidumbre. Su familia vive entre la angustia y la esperanza, mientras las autoridades locales y estatales avanzan en las investigaciones, pero las respuestas son insuficientes. La fiscalía mexiquense mantiene detenido a un sospechoso, pero no se sabe más al respecto, lo cual, nos aseveran, alimenta la desconfianza. Mientras tanto, Jaqueline, la madre de Kimberly, no baja la voz. Exige que la desaparición de su hija no se convierta en “una carpeta más” y quede simplemente archivada.