Hace un par de semanas, en este mismo espacio, comenté que uno de los temas que ha causado mayor indignación entre la ciudadanía y la comunidad académica fue el apagón informático realizado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) en los portales de los extintos Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu). De un plumazo, la SEP eliminó ambos portales, que contenían cientos de documentos y bases de datos del Sistema Educativo Nacional (SEN), generados durante más de dos décadas por especialistas nacionales e internacionales: docentes, directores, supervisores, autoridades educativas, expertos en evaluación, pedagogía, diseño curricular y elaboración de libros de texto.

No habíamos salido del asombro cuando la periodista María Cabadas, de EL UNIVERSAL, publicó en primera plana el reportaje “Reprobados, alumnos en matemáticas y lenguaje”, en el que reveló resultados de la Evaluación Diagnóstica de los Aprendizajes de las Alumnas y los Alumnos de Educación Básica 2024-2025. El texto destacaba que “entre el 80 y 90% de los estudiantes de tercero de secundaria presentan deficiencias de aprendizaje, mientras que ocho de cada diez alumnos de tercero de primaria son los peor evaluados”.

Tras conocerse la nota, varios medios de comunicación me solicitaron el informe completo de Mejoredu. Al investigar, supe que dicho informe había sido entregado a las autoridades educativas estatales, pero —debido a los malos resultados que evidencian el fracaso del modelo educativo de la llamada Nueva Escuela Mexicana (NEM)— la SEP y Mejoredu decidieron no hacerlo público. No obstante, el documento se filtró a la reportera de EL UNIVERSAL y pronto circuló entre diversos especialistas y medios.

Este episodio me recordó lo ocurrido con el estudio TIMSS (Third International Mathematics and Science Study), realizado en 1995. En aquella ocasión, México participó, pero al conocerse los malos resultados, la SEP decidió retirarse del estudio para evitar que se publicaran los datos en el informe internacional y así “no mandar mensajes pesimistas” a la población. Afortunadamente, el INEE pudo rescatar aquella información y publicar el informe Tercer Estudio Internacional de Matemáticas y Ciencias: resultados de México en 1995 y 2000.

Tres décadas después, la historia parece repetirse. México ha retrocedido treinta años: el actual gobierno morenista reproduce la misma lógica que el último gobierno priista del siglo pasado: la idea de que la mejor política es esconder la información para evitar el escrutinio público y el ejercicio de la rendición de cuentas. Prueba de ello es la desaparición de las ligas oficiales donde se alojaban documentos del Informe Diagnóstico de Mejoredu, como:

Sin embargo, al igual que ocurrió con el estudio TIMSS, la información no se perdió del todo. Gracias a personas comprometidas con la transparencia educativa, los datos del Estudio Diagnóstico de los Aprendizajes 2024-2025 pueden consultarse en la liga: .

Concluyo afirmando que un gobierno que esconde información rompe con el principio básico de la transparencia democrática. Cuando la ciudadanía no puede acceder a los datos públicos, pierde la posibilidad de evaluar las decisiones, los resultados y el uso de los recursos. En una democracia, el acceso a la información no es una prerrogativa del poder, sino un derecho de la sociedad.

Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, A. C.@EduardoBackhoff

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