El aprendizaje de un segundo idioma va mucho más allá de la traducción de palabras. Cuando se adquiere otro idioma, también se aprende a comprender la cultura de quienes lo hablan, puesto que el lenguaje es un producto social y cultural. El beneficio de una segunda lengua no se limita a poderse comunicar con personas, también ayuda a comprender a mayor cabalidad la lengua materna, a desarrollar capacidades neurolingüísticas de mayor complejidad y a desarrollar capacidades metalingüísticas. Por ello, en algunos países se fomenta la adquisición de dos o tres lenguas extranjeras.
Con la expansión de la ciencia, la tecnología y la economía, después de la Segunda Guerra Mundial, se inició un proceso de intercambio entre países a nivel global, para lo cual era necesario que los países hablaran un mismo idioma. Por ser Estados Unidos (junto con Inglaterra) la mayor fuerza productiva del mundo, el inglés se posicionó como la lengua preponderante para todo tipo de intercambio. Actualmente, se estima que cerca de 2,000 millones de personas (25% de la población mundial) usan o están aprendiendo este idioma.
México, además de tener un intenso intercambio comercial con Estados Unidos --con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)--, es su vecino con el que comparte una frontera de 3,180 km, con un cruce fronterizo diario cercano a un millón de personas, 300 mil vehículos y 70 mil camiones de carga. Para sacar ventajas de estas condiciones geográficas, comerciales, científicas, tecnológicas y culturales, a la población mexicana le conviene dominar el inglés, razón por la cual la SEP ha incorporado en su currículo la enseñanza de dicho idioma. Sin embargo, a lo largo de la historia de la educación mexicana, el inglés en las escuelas públicas ha sido una asignatura de poca importancia y de baja calidad (cuando dicha asignatura se imparte). Ni los tiempos curriculares ni los métodos pedagógicos son los adecuados, ni muchos docentes son especialistas certificados en la materia. Esto ha traído, como consecuencia, que una inmensa mayoría de escolares nacionales, al término de su educación, no adquieran las competencias mínimas para comprender un nivel de inglés básico.
Aunque México no ha realizado ningún estudio del dominio del inglés, ni ha participado en alguno de corte internacional, la compañía sueca Education First (EF) lo incluye en el Índice del Nivel de Inglés English First (EF), el cual establece un ranking mundial al respecto. Dicho ranking se basa en los resultados de una prueba estandarizada, que evalúa la comprensión lectora y oral de esta lengua, que es gratuita y está disponible para todos los usuarios con acceso a Internet. En 2022, participaron voluntariamente 2.2 millones de personas adultas de 113 países, cuya media de edad fue de 26 años. Aunque la muestra de personas examinadas está sesgada hacia quienes están interesados en conocer su dominio de este idioma, dicho sesgo tendería a elevar las puntuaciones, ya que se excluye a las personas más pobres, con menor nivel de estudios y sin conexión a Internet.
Los resultados de la prueba EF se clasifican en seis niveles de logro: Dominio Muy Alto, Dominio Alto, Dominio Moderado, Dominio Bajo y Dominio Muy Bajo. En 2023, la puntuación promedio de México fue de 451 puntos, lo que lo ubica en un Dominio Bajo, en la posición 89 entre 113 países y en el lugar 19 de 20 países latinoamericanos (solo por arriba de Haití). Por cierto, entre los países con mejores puntuaciones se encuentran los nórdicos, entre ellos, Dinamarca.
El gran fracaso de la SEP para enseñar en sus centros escolares un nivel básico de inglés, les cierra la oportunidad a millones de jóvenes y adultos a: 1) comunicarse con personas de casi todo el mundo, 2) entender la cultura de sus vecinos y socios comerciales, 3) acceder al inmenso acervo de información que se encuentra en internet, 4) conocer los avances más recientes de la ciencia y la tecnología, 5) estudiar en las mejores universidades del extranjero, 6) obtener becas internacionales, 7) acceder a fuentes de trabajo mundiales y 8) ocupar puestos laborales de alta jerarquía.
En síntesis, el sistema educativo mexicano no le ha prestado la debida atención a la enseñanza del inglés; no sé si por ignorancia, incapacidad o por ambas razones. El caso es que los jóvenes mexicanos están lejos de contar con una herramienta clave que les pueda abrir puertas profesionales, académicas y culturales a nivel mundial. Esta deuda se suma a la larga lista de pendientes que tiene la SEP con sus estudiantes y con el país, que en este sexenio ha crecido.
Presidente de Métrica Educativa, A.C.
@EduardoBackhoff