Un día durante una gira por Sinaloa, hace unos meses, López Obrador sorprendió a todo mundo al anunciar, sin que hubiese prácticamente nada de por medio, que el entonces gobernador priísta Quirino Ordaz Coppel sería nombrado Embajador en España en cuanto acabase su período en el Ejecutivo estatal.
Acababa de ocurrir el proceso electoral del 2021 en el que se renovó no solo la Cámara de Diputados Federal, sino que estuvieron en juego más de una decena de gubernaturas, arrasado por Morena en cuanto a los mandatarios estatales, pero perdiendo la mayoría constitucional en San Lázaro.
El nombramiento de Ordaz Coppel, que a la postre le mereció ser expulsado de su partido, el PRI, fue acompañado por otros dos nombramientos en el mundillo diplomático que no solo llamaron a sospecha, sino que puso a funcionar la inconformidad de la maquinaria priísta para defenestrarlos una vez aceptada y concretada la oferta del gobierno obradorista.
Los dos casos fueron el de la exgobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, quien fue enviada al Consulado en Barcelona, convenientemente degradado desde el rango de Consulado General, para evitar que el estratégico nombramiento tuviere que pasar por la votación del Senado.
El segundo, que levantó su terregal en el Senado a la hora de pasarlo por la consideración del pleno, fue el de Carlos Miguel Aysa González, quien ocupó interinamente la gobernatura de Campeche, la que “Alito” Moreno dejó para ir a apropiarse del PRI , del que ahora quiere exprimir hasta una candidatura presidencial, pese al escándalo de audios al que está sometido y a la revelación de posesiones inmobiliarias, suyas y familiares, que le exhiben y si apuramos un poco hasta lo inhabilitan.
El Septuagenario señor Aysa aceptó que se procesara en su favor la titularidad de la Embajada en la República Dominicana y antes de partir a la Isla de la Española hubo de espectar cómo el PRI, que fue su partido de la vida y hasta la de su hijo diputado federal, le propinaba una buena serie de mamporros y peroratas con aires de expulsión.
Como secuela al nombramiento diplomático que se ganó con el arado de los bueyes ayuntados que surcaron en favor de Morena, su cachorro diputado federal, Carlos Aysa Damas le ayudó a Morena a tratar de crear una percepción el Domingo Santo de Resurrección del 17 de abril, en los prolegómenos de la sesión de pleno en que se votaría la reforma constitucional eléctrica de López Obrador.
El joven diputado campechano anunció su cambio de casaca antes del mediodía de esa fecha en San Lázaro. Orondos, los morenistas proclamaron antes de comenzar la jornada en el Salón de Sesiones que el joven Aysa Damas había dejado el PRI y solicitado redención sacramental eterna con su adhesión a la bancada de Morena, cual, si su militancia en el PRI y la de su padre hubiesen sido solo el purgatorio necesario para llegar a la gloria de una embajada, uno, y al grupo mayoritario en la Cámara, el otro.
Tras Quirino, Pavlovich y Aysa hubo una constante no investigada ni perseguida, ni siquiera denunciada. En sus respectivos Estados “triunfaron” los candidatos morenistas a la gobernatura, pese a que varios estudios demoscópicos habían mostrado con la antelación requerida que los de la alianza tenían alguna ventaja tanto en Sonora como en Sinaloa.
Pero extrañamente los del partido guinda ganaron en ambas entidades, donde hubo un común denominador: pudo acreditarse, sin llevar a juicio, que el día de la elección intermedia grupos armados “levantaron”, “guardaron” o retuvieron, como quiera llamarle, a los operadores electorales del PRI, con lo que Morena y compañeros se atascaron en la operación política del taqueo, acomodo de urnas, amenaza o sustitución de funcionarios de casilla, etc.
Resultado:
Morena ganó en los tres Estados y ¡oh sorpresa!, los tres gobernadores priístas de Sonora, Sinaloa y Campeche resultados designados en posiciones del Servicio Exterior Mexicano, una vez que guardaron conveniente distancia en el apoyo que siempre hay de los gobernadores a sus candidatos y, particularmente, reservaron sepulcral silencio sobre las irregularidades observadas.
Pórtense bien
Como ejercicio premonitorio u oferta descarada dirigida a la jornada electoral del 5 de junio, el senador Morenista líder de los duros y radicales en el Senado de la República, César Arnulfo Cravioto, fue claro hasta el cinismo hace unas pocas semanas, cuando todavía estaban el período ordinario de la Cámara Alta.
Durante la sesión en la que se discutían los términos de Aysa para la Embajada en Dominicana, Cravioto pecó de claridoso y dejó ver el toma y daca que está tras la asignación de las tres –posiciones diplomáticas a las que nos estamos refiriendo.
“Y también les hago un llamado a todos los seis gobernadores