Si López Obrador hubiese estado presente en la reunión en que coincidieron e interactuaron Adán Augusto López y Lorenzo Córdova, al Presidente de la República le habría llamado poderosamente la atención el tono del trato entre ellos.

Y es que las circunstancias aprietan, condicionan y determinan en muy buena medida cómo se da la relación entre las cabezas de instituciones públicas diversas.

Si hubiese atestiguado la reunión privada, AMLO habría desconocido y probablemente rechazado la civilidad y buen talante que se mostraron el Secretario de Gobernación y el Presidente del INE, con eso de que en todos los rincones de Morena no hacen más que tirarle arañazos y expresarle rechazo de todo tipo.

Y es que la realidad terca y tozuda como es, pintó de cuerpo entero a las organizaciones criminales en varias entidades donde hubo elecciones en que se renovó Gobernador el año pasado. En Estados como Sonora, Sinaloa y Michoacán, por no mencionar a más, la franca y desenmascarada actuación de los malosos influyó en los resultados, sin que nadie pueda negarlo.

Y como nadie lo ha medido, o no ha querido hacerlo público por sentirse con los aceros en la espalda, hasta ahora flota la duda en qué proporción la descarada intervención de los criminales el día de la elección del año pasado inclinó los números en favor de Durazo, Rocha y Ramírez, hoy Gobernadores.

En las oficinas de Bucareli, ocupadas ahora por un político con empaque y que según López Obrador le ayuda mucho porque “resuelve”, saben lo que sucedió el día previo al proceso electoral del 2021 en que se seleccionaron 15 Gobernadores en el mismo número de Estados de la República.

Tan conscientes están de la violencia política y de la influencia del crimen organizado en el anterior megaproceso electoral, que por iniciativa gubernamental decidieron instalar en privado una mesa de coordinación para vigilar la seguridad en los comicios del 5 de Junio próximo en que se habrán de definir las gubernaturas en seis Estados del país.

Pero no cualquier seguridad. Específicamente de lo que se trata es evitar, por ejemplo, que los malosos pasen a levantar a los operadores electorales de la oposición para evitar su trabajo durante la jornada, tal como notoriamente pasó en Sinaloa y de lo cual hay más de una crónica.

Los malpensados creen que su silencio y la actitud de voltear para otro lado de Quirino ante esos hechos, además de la seguridad personal y de su familia, quizá jugaron algún papel para que el señor Ordaz esté ya muy cerca de pasear por el Parque del Retiro, la Gran Vía y el Paseo de la Castellana tomando chatos y degustando pinchos.

Haiga sido como haiga sido

, dijera un clásico del refranero popular que luego fue tocado por una banda tricolor que le cruzó el pecho, los resultados electorales fueron validados por las autoridades correspondientes, pero…

Pero esos hechos tuvieron tal peso, que todo parece indicar que el Gobierno no piensa permitir que el adagio del abrazos y no balazos se repita en la operación electoral durante la jornada del próximo 5 de Junio.

Las pilas ya se las tuvieron que poner y en privado comenzaron a acordar.

Y nada más hay que ver la nómina que se juntó:

Ante el Secretario Adán Augusto se juntaron Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana; así como las cabezas del Centro Nacional de Inteligencia, la Guardia Nacional, la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, la UIF y hasta la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República.

De que les apretó el zapato, les apretó y fuerte.

Ese es el motivo por lo que un político de tiempo completo como Adán Augusto López auspició la creación de esta mesa de seguridad, sin que se haya suscitado ni la menor alusión en ningún comunicado oficial, ya sea de la Segob, Seguridad Pública o la Presidencia de la República, aunque si Jesús Ramírez hubiese posteado un mensaje de Twitter habría bastado para provocar una oleada de incredulidad.

Es en ese marco privado y dentro de este contexto que se vieron cara a cara el tabasqueño López Hernández y Córdova Vianello.

Ahí no hubo la animosidad de las mañaneras contra el INE y su presidente. Ni las puyas de Mario Delgado contra Lorenzo Córdova. Ni los videos en el metro de Sergio Gutiérrez Luna preguntando a la gente si rechazan o no al INE como institución.

Como si no existiera la campaña furibunda que Morena tiene contra el INE, el intercambio sucedido entre el Secretario de Gobernación y el Presidente del INE fue respetuoso y atento, si bien distante, pero ausente de los comentarios críticos que desde Morena le endilgan una y otra vez al Instituto Electoral desde hace muchos meses.

Adán Augusto López escuchó a Córdova decir que en este empeño de lograr un buen proceso electoral el próximo 5 de Junio hay que poner por delante los puntos de coincidencia que hay entre instituciones, que son muchos, pese a que ya son largas las polémicas en las que han quedado muy claras las diferencias que hay con el Gobierno de la 4T.

Lo destacable fue el buen trato e interacción civilizada que el Secretario de Gobernación tuvo con el Presidente del INE, narran quienes pudieron verlo.

Entre varios objetivos ahí planteados, quedaron muy claros especialmente cuatro: la seguridad de las personas tanto de quienes compiten por cargos de elección popular, como los equipos logísticos y de sustento operativo que permiten organizar y vigilar el voto.

Otro es el seguimiento a todas horas del día de cualquier incidente que permita suponer que hay grupos del crimen tratando de promover o en su caso impedir el voto en favor de cualesquiera de los partidos contendientes. Eso incluye los levantones entre personal operativo de lo electoral, tan observados en elecciones como las de Sinaloa y Michoacán.

Un elemento adicional que se planteó durante la reunión fue la necesidad de la capacitación del personal que será destacado a cada sitio donde habrá comicios, para que reaccionen de una manera proporcional y adecuada a cada circunstancia que pudiere presentarse.

Al finalizar esta mesa de coordinación se continuó con la cordialidad que imperó durante las diversas exposiciones que tuvieron, tanto la parte gubernamental que tuvo la batuta por parte de Rosa Icela Rodríguez, quien con su intervención practicamente vino a reconocer los estropicios que sucedieron el año pasado y que crearon condiciones le permitieron a Morena adjudicarse la Gobernatura de algunos Estados donde la oposición tenía candidatos con importante fuerza entre el electorado.

Y por parte de Lorenzo Córdova no hubo resabios de las golpizas que desde el Morenismo en sus diversas instituciones y expresiones le han dado desde hace meses.

Vale la pena subrayar que al menos ahora se conoce de un espacio de carácter público, aunque se maneje en privado, en que el objetivo no es deturpar y llenar de lodo al Instituto Federal Electoral.

Sobre todo ante el panorama que se ha observado y la perspectiva que para el proceso del 2024 está preparando Morena ante cualquier imprevisto que pudiere presentarse para la renovación presidencial.

Lo primero que van a intentar, junto con sus otras iniciativas, es que haya una reforma electoral que reduzca al Consejo General y colonice como lo ha hecho con otros organismos, incluida la Suprema Corte, en los cambios de Gobernadores que vendrán el año que entra.

El objetivo está claro: golpear al actual INE lo más que puedan para debilitarlo y después poder hacer precampaña y postcampaña llamándose agredidos y mal considerados por el árbitro electoral.

Es el método que declara pública y editorialmente Donald Trump: antes de negociar, desacredita y patea todo lo que puedas a tu adversario para que al momento de negociar llegue debilitado.

Eso quieren: que el INE llegue colonizado y en los huesos al 2024. Pero la ruta está empedrada y cuesta arriba.

Por lo pronto, el INE anunció apenas hace 48 horas que para el ejercicio de la revocación de mandato le alcanza el dinero para poner 57,677 casillas, solo una tercera parte de las que instaló en la elección presidencial. Ya comenzamos a escuchar los gritos morenistas condenando al Instituto, alimentando la narrativa para el 24.

Adán hizo política con Lorenzo, mientras López Obrador solo hace campaña, lo que mejor le sale.

Les deseo un gran día de sol.



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