Plutarco Elías Calles
debe estarse retorciendo en su tumba del Monumento a la Revolución.
Jamás imaginó que tras los rastros del monolito que fundó, factótum de la vida política del país hasta 1988, quedaran lo restos de un despojo harapiento que hoy se vende al mejor postor, tanto para comprar impunidad como para tratar de asegurar lo que parece su sobrevivencia.
Para consuelo de los suyos y simpatizantes, está convertido en ‘Bisagra’, eufemismo que emplean los todavía priístas para darse ánimo con disimulada resignación, o con el uso de un impostado dejo de suficiencia por su situación actual.
Sí, el PRI ya no es de los ‘Señores de la Casa’ y ha quedado reducido a una especie de miembro del servicio o en su caso hasta chofer, que pregunta a los señores a dónde quieren que los lleve. Y eso, con respeto a la honorabilidad de todas las personas que prestan algún servicio.
La triste posición del PRI flota en los días recientes, como los desperdicios en drenajes, ante el embate obradorista que representa la iniciativa eléctrica. Por un lado, el Presidente de los huesos priístas Alejandro “Alito”.
Moreno Cárdenas, declarando bajo toda sospecha que “van analizar” la iniciativa Amlo y que “no tienen prisa” por definir postura. Y en ese rumbo anda el exgobernador de Coahuila, Rubén Moreira , que pastorea en San Lázaro la grey priísta y tampoco se define.
Y enfrente se encuentran posiciones contrarias como la de Claudia Ruiz Massieu que desde el Senado de la República claramente ha dicho que su voto será en contra de la iniciativa, porque es particularmente dañina para el país.
Estos dos extremos dan una clara idea de lo que está sucediendo en las tripas del tricolor.
La realidad es una. Debatiéndose entre sus restos malacomodados, el PRI tiene más de 70 votos en la Cámara de Diputados. La pandilla morenista y sus secuaces los necesitan para lograr la mayoría calificada y tener el cambio constitucional que López Obrador pretende para la industria eléctrica nacional.
Los primeros escarceos en torno de la iniciativa de López Obrador dejan ver su capacidad corrosiva. Pretende una reforma de gran calado, quizá la más importante y profunda de su gobierno y de paso pone a temblar a lo que queda del PRI y a la alianza opositora que tiene con el PAN y el PRD.
Vaya volatilidad. Un flaco semestre les duró el propósito de plantarle cara unificada al gobierno de la 4T.
Algunas preguntas surgen de la apuesta Presidencial.
¿Si no tuviese oportunidad de triunfo, López Obrador se la hubiese rifado con esa seguridad de jugador de dados en Las Vegas?
Las huestes obradoristas ya se lanzaron. No hay más que ver cualesquiera de estos días los posteos de las redes sociales para concluir que la Señora Wong y sus cuatreros a sueldo están chambeando horas extra. Jesús los trae muy exigidos con el fuete de sus instrucciones.
No pasarán muchos días para que veamos una mañanera en masa con los empleados de pedrigree del Gabinete. La instrucción presidencial les hará abandonar el lecho marital a eso de las 5 am para ir al Salón de la Tesorería a las 7 a desmenuzar lo que les parece será una defensa de la iniciativa presidencial.
No solo eso, sino que ya se escucha en los medios electrónicos un spot simplón y en los linderos de la mentira que buscan venderle a la gente la idea de que este gobierno les va a regresar la propiedad de la energía eléctrica.
Dentro de esa dinámica de campaña, la gente de Jesús Ramírez se puso a buscar y encontró una parte del discurso de Adolfo López Mateos en 1960 cuando expropió la industria eléctrica nacional en el cual afirma justamente eso: que con tal expropiación eléctrica se devolvía la propiedad de la luz a los mexicanos, pero esto último tiene un error de kindergarden.
Con López Mateos fue una expropiación y hubo pagos a los anteriores propietarios. Ahora, la iniciativa de López Obrador es confiscatoria para quienes tienen permisos de distribución y por supuesto que no les van a dar ni un céntimo de dólar por las inversiones que ya hicieron por varios miles de millones de dólares, salvo los juicios internacionales que harán.
Los españoles de Iberdrola son los que más están en ese mercado. Vieja es la inquina de López Obrador contra esa empresa y rancio es su repetido discurso para deturparlos.
Por parte de Amlo, va toda la carne al asador, ratificando la importancia superior que le da a su iniciativa eléctrica .
¿Se va a dividir el PRI?
Todo permite pergeñar que sí, pero no está claro en qué magnitud. El mejor argumento que tienen Amlo y sus limpiabotas se resume en la pregunta: ¿Plata o Plomo?
Dos exgobernadores tienen su historia. “Alito” y lo suyo en Campeche , junto con su casita de apoyo Infonavit de más de una hectárea, además de los adláteres administrativos que Layda ya detectó y acaricia lúbricamente, hasta salivando.
Y qué decir de Rubén Moreira Valdéz. Si bien ya transcurrieron cuatro años que dejó el Gobierno de Coahuila en manos del también priísta Miguel Riquelme , no hay nada que le permita proclamarse libre de la larga mano de Unidad… de Inteligencia Financiera.
Carolina Viggiano
, sigue en la Secretaria General del PRI de “Alito”, sobreviviente por supuesto de su muy reciente purga en el CEN. Que de algo sirva el matrimonio con Moreira. Se acumulan elementos que podrían ser una apropiada arma arrojadiza, pertrecho de zafarrancho. Con eso de que Santiago Nieto se ha convertido en el mejor ablandador de carnes del régimen, todo puede ocurrir. Y si no, que se lo digan Manlio, Sylvana y hasta Roberto Gil.
Por el lado del plomo o de las rejillas de prácticas están los principales argumentos que sin duda se van a usar contra los distinguidos priístas. Y les van a encargar que convenzan de la mejor manera a sus pares en San Lázaro y en el Senado. No parece probable que el Gobierno de la 4T vaya a usar la plata para comprarlos. Serán “persuasivos”, amenazando con pisarles la larga cola draconiana que tan común es entre los tricolores.
Amlo… ¿Ganar-Ganar?
La eléctrica es probablemente la iniciativa de transformación que más renta está trayendo al gobierno de Amlo, de ahí que sea la primera manzana envenenada que lanzó.
Para comenzar, le permite presentarse como un personaje congruente con su discurso durante la prolongada y repetitiva campaña. En ese tema López Obrador siempre le ha enseñado los dientes a los extranjeros que obtuvieron jugosos contratos merced a la reforma energética de Peña Nieto .
La iniciativa le da al Presidente lo que le encanta: más polarización. Enfrentar y subir el ring a la gente es una de las bases de su gobierno. Malos y buenos, liberales y conservadores, blancos y rojos.
Quizá el beneficio político de mayor entidad que esta contrarreforma comporta es que amenaza con exhibir al PRI practicamente completo o, en su caso, lo divide entre los que identifiquen esta modificación con el nacionalismo revolucionario de López Mateos y Echeverría. Viejón y decrépito, pero inspirador para algunos.
Y otra facción de priístas que quieran ser congruentes con la Reforma Eléctrica que votaron en favor durante el Peñanietismo.
Además de partir al PRI, otra importante renta que obtiene López Obrador con su iniciativa es que le pega un misil en la línea de flotación a la alianza electoral que tiene con el PAN y el PRD. Y que diga Sheimbaum si la alianza fue últil en términos de resultados electorales.
Por si fuese poco, pone el balón en la cancha de los otros y Amlo solo mira a ver cómo deciden. Sin contar, claro, que le sirve para poner combustible eficiente al antisalinismo que lo ha acompañado tanto como su catecismo Cristiano del Pastor Farela.
Elías Calles nunca pudo sospechar a un PRI en una situación tan triste, dividida y agonizante.
No vaya a ser que el PRI tenga que hacer el papel de meretriz de la contrarreforma, vendiendo su mercancía al postor que más alto posicione.
Se cumpliría con la frase que le dedicó Salvador Novo al entonces joven Luis Spota, cuando éste se atrevió a motejarlo con el sugerente epíteto ‘Nalgador Sovo’.
Novo le escribió: “…Este grafococo tierno lleva, por signo fatal, como apellido paterno la profesión maternal…”
Les deseo un gran día de sol.
FB Eduardo Arvizu Marin