Está claro que el Presidente tiene la facultad Constitucional de nombrar a quien le plazca en Embajadas y Consulados pero… ¿no sería prudente que nominara gente apta y de reconocida fama pública, tanto entre los políticos como en los diplomáticos de carrera?
Si bien es escandaloso por penoso el caso de España que hizo esperar tres meses a México para otorgar el ‘Placet’ al nombramiento de Quirino Ordaz en la oficina de la Carrera de San Jerónimo. Quien de eso sabe, dice que se trató de una bofetada con mano de hierro y guante de terciopelo a la carta de López Obrador al Rey. En esos temas, tardanza es desprecio.
¿Tendrá algo que ver las sùbitas ceguera y sordera de Quirino el día de la elección del 2021, que no se enteró del secuestro por parte de grupos criminales de una centena de operadores electorales priístas?
El apellido Coppel lo sitúa en una élite Sinaloense de prestigio empresarial, pero los capítulos de su gestión en Sinaloa son quizá los elementos que la Cancillería Española estuvo revisando con lupa.
Y si esto fuese poco, también la polémica del historiador de Pancho Villa, iluminado por el sol de la amistad palaciega, Pedro Salmerón, que crece conforme pasan los días.
López Obrador lo defiende a partir de dos elementos: es un gran historiador, solo comparable al historiógrafo Austriaco
Friedrich Katz, refugiado aquí por Cárdenas en los años 40 y enamorado de México, país al que dedicó altos trabajos y lo llamó su patria adoptiva. Las obras de Katz sobre Pancho Villa y su guerra secreta en México son ejemplares.
Pues en el exceso, López Obrador oyó en su casa que Salmerón es comparable a Katz. Y dice otra cosa para defenderlo: que no hay denuncias en su contra ni resoluciones de Ministerios Públicos o Jueces.
Pero contra las expresiones en las mañaneras está el muy significativo silencio de la Canciller Panameña, a quien periodistas le requirieron posicionamiento sobre el nombramiento de Salmerón.
“México ya conoce nuestra postura”, respondió lacónica Erika Mouynes. Y cuestionada de nuevo por los periodistas sobre ese posicionamiento, la elegante y diplomática dama subrayó la inconformidad con significativa reiteración:
“México ya la conoce y por escrito”, dijo para subrayar con un no disimulado rechazo.
Sin embargo, cual si Marcelo Ebrard se guardara para sí esa clase de información, lo que resulta impensable, López Obrador reforzó la leyenda de imprecisiones y ‘otros datos’ de la mañanera con una respuesta elusiva y hasta increíble cuando se le inquirió sobre el contenido de la carta:
“No la conozco”.
Si en la Presidencia declararon para efectos de transparencia de la información que es “inexistente” la carta
que Amlo le envió al Rey de España exigiéndole pedir perdón por los abusos cometidos durante la conquista, qué se podía esperar de una carta oficial de la Cancillería Panameña que expresa un extrañamiento por la intención de enviar como Embajador a un tipo con el historial de Salmerón.
¿Acaso entre los millones de mexicanos elegibles no hay alguno que no esté señalado por coqueto abusivo con sus alumnas? Pero López Obrador se declaró no enterado de los epítetos que no le gustan sobre su protegido.
Es cierto que en los Ministerios Públicos no hay registro de denuncias formales de alumnas contra el exprofesor del Instituto Tecnológico Autónomo ITAM.
Pero valdría la pena que López Obrador consultara los resultados de la investigación que hizo una comisión ad hoc dentro del ITAM ante los señalamientos de alumnas que fueron a contar las aventuras cantinescas del Profe Salmerón y las visitas a museos que exigía como parte de sus clases, que no siempre terminaron en lo que parecía una lección histórica.
El hecho es uno: el Profe decidió renunciar a su cátedra en el ITAM antes de conocerse los resultados de tal investigación. ¿A poco no sería bueno que Amlo se enterara de los resultados de esa comisión?
Eso es por lo que corresponde a escandalitos que han despertado esos dos nombramientos, pero alguien no le informó a Marcelo Ebrard que en la lista de postulaciones del personal diplomáticos también hay contrariedades y tropezones.
Con una diferencia, que en el caso de personal diplomáticos hay significativas violaciones a la Ley del Servicio Exterior Mexicano.
De los nombramientos de Embajadores y Cónsules anunciados por López Obrador el 18 de Enero, cuando menos cuatro torturan la legislación vigente.
PARA QUE LA CUÑA APRIETE
Para la vergüenza del Gobierno, si algo conservare, el grupo de nombramientos diplomáticos no expresan su ilegalidad en los personajes externos a la Cancillería que han despertado multirechazo, sino justamente en Diplomáticos de Carrera que actualmente trabajan en la Cancillería.
Para Salmerón, Pavlovich, Villegas y Aysa, López Obrador no hizo más que aplicar la ley y hacer uso de su facultad de nombrar a quien le parezca, ya que los Embajadores son representantes del Presidente de la República en sus adscripciones. Así ha sido siempre y en eso Amlo hace profesía de fe del pequeño priísta que pervive en el fondo de su ser. Cumplir religiosamente con las cuotas y los cuates , si es preciso hasta la ignominia.
El problema es con cuatro nombramientos que obedecen a motivos políticos de grupos que operan dentro de la Cancillería y que están impulsando a quienes consideran “su gente”.
Hay tres nombramientos de Embajadores y uno de Consul General que violentan la Ley respectiva, por una razón simple:
en quienes recaen éstos no tienen el rango diplomático que la ley señala para ser merecedor a un cargo de tal nivel escalafonario.
Los cuatro casos de nombramientos irregulares dentro de la carrera diplomática a los que me refiero son:
(i) La Embajadora en Azerbayán.
(II)El Embajador en Perú
(III)El Embajador en Haití.
(IV)El Cónsul General en Nogales.
La infracción en estos cuatro casos es que todos INCUMPLEN con el rango que marca la Ley respectiva para ser merecedor al nombramiento de Embajador en cualesquiera de las 80 oficinas como esas que México tiene en el mundo, o Consulados Generales que el gobierno mantiene abiertos en importantes ciudades.
Juristas especializados en temas de la Ley del Servicio Exterior consultados por esta columna señalan violaciones a por lo menos tres artículos de la Ley que rige la vida y desempeño diplomáticos del país.
Y es que Victoria Romero es nada más Consejera; Pablo Monroy Conesa es solo Segundo Secretario del Servicio Exterior, independientemente del posible conflicto de intereses que tiene por sostener una relación personal con una diplomática Peruana; Daniel Cámara es Segundo Secretario y Marcos Moreno Báez también es Segundo Secretario.
Pero la fortuna de la politiquería en Tlatelolco ha orillado al Presidente y quizá engañado al propio Marcelo Ebrard, sin hacerles ver las violaciones que comportan. La práctica diplomática señala claramente que un Segundo Secretario es un funcionario que está iniciando su carrera en el Servicio Exterior y solo ha aprobado UN examen de ascenso. Se debe ascender a Embajador cuando se es Ministro de la Rama Diplomático-Consular y para llegar a este rango se deben presentar CUATRO exámenes de ascenso.
3 de los postulados solo han presentado UNO y la Consejera ha hecho DOS .
En el Senado de la República, donde habrán de votarse los nombramientos, deben tener presente la tortura a la ley vigente que está escondida en estos cuatro casos.
Los promotores de este despropósito argumentan que no es la primera vez que se nombra Embajador a un Segundo Secretario. Es entonces la explicación de que antes se robaba y por eso es normal el latrocinio de los haberes públicos.
Estos son los preceptos de ley que violentan estos nombramientos:
Violación al Artículo 19 de la LSEM
que a la letra mandata: “Sin perjuicio de lo que dispone la fracción III del Artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la designación de Embajadores y Cónsules Generales la hará el Presidente de la República PREFERENTEMENTE ENTRE LOS MIEMBROS DEL SERVICIO EXTERIOR DE CARRERA DE MAYOR COMPETENCIA, CATEGORÍA Y ANTIGÜEDAD EN LA RAMA DIPLOMÁTICO-CONSULAR”.
Los segundos Secretarios NO son desde luego los de mayor competencia y categoría para Embajadas y Consulados Generales.
Violación al Artículo 20
.- “Para ser Designado Embajador o cónsul general se requiere ser mexicano por nacimiento y no tener otra nacionalidad, estar en pleno goce de sus derechos civiles y políticos, ser mayor de 30 años Y REUNIR LOS MÉRITOS SUFICIENTES PARA EL EFICAZ DESEMPEÑO DE SU CARGO”.
A qué méritos nos referimos, si no es haber respetado el estricto escalafón de la carrera diplomática?
Violación al Artículo 22.- EN CASOS EXCEPCIONALES PODRÁN ACREDITARSE COMO TITULARES DE MISIONES DIPLOMÁTICAS O CONSULADOS GENERALES, MIEMBROS DEL PERSONAL DE CARRERA QUE TENGAN EL RANGO DE MINISTRO .
Ninguno de los cuatro nombramientos se hacen ante casos excepcionales y los interesados tampoco han alcanzado el rango de Ministros, exigido en la Ley.
Hay unos 15 Diplomáticos de carrera en nuestra Cancillería, con todas credenciales y rangos ganados a través de los exigentes exámenes para ascenso, que están esperando una adscripción y mientras tanto, Amlo designa casos ligados a escándalo o afortunados sin rango suficiente que encontraron un buen padrino, que en algún caso es el Subsecretario Reyes.
Les deseo un Gran Día de Sol.
FB Eduardo Arvizu Marin
www.arvizumeduardo@gmail.com