José López Portillo tuvo fama en muchas cosas, bien ganada por algunas de ellas. La voz popular le atribuyó siempre buen éxito con las mujeres.
En esos años, una famosa dama a quien los comentarios del largo etcétera le atribuían un amorío con el entonces presidente de la República llegó a la Cámara de Diputados, y conste que entonces no existían los hoy discutidos plurinominales y por lo mismo tenían que hacer el gasto de asignarles un Distrito.
Esos años de la prensa escrita, sin mundo digital, ni redes, ni streaming, rellenaba los comentarios de los mentideros políticos y entre los más destacados escribidores de opinión de la época: Margarita Michelena, Manú Dornbierer, Mauricio González de la Garza, algunos de ellos.
Pues la llegada de tan señalada dama a una curul de San Lázaro fue centro de comentarios diversos, algunos ligándola al presidente con diversas intensidades. Desde amistad de restaurante, asistente de café, amiga de sus amigas hasta quien directamente se refirió al tema del lecho para explicar el súbito fuero de la muy conocida señora.
El culmen de ese grupo de comentarios, rumboso y como aderezado por el roce de sábanas, fue la colaboración de uno de los articulistas de la época, quien en su escrito dijo que la dama en liza había llegado “ …a la cámara, por la recámara…”.
Ni la primera, ni la última. Y vámonos de gira a Compostela, que al cabo Tepic está cerca.
No hubo réplica y solo asombro por parte de muchos que, por falta de información o atrevimiento, obviaron comentarios a la afrentosa expresión sobre la señora Diputada de esos años, que en mal dejaba su prestigio, que por otros motivos había construido una sólida presencia pública.
La historia que pocos recuerdan de esos años 80’s, tiene hoy sentido cuando todo nos indica que Andrés Manuel López Obrador ya renunció a que tenga éxito su reforma constitucional en materia eléctrica en el Congreso Federal y ahora usará una puerta del patio trasero para tener una legislación ad hoc que le permita poner a la Comisión Federal de Electricidad al frente del tema de distribución de energía eléctrica.
LA HISTORIA EN SAN LÁZARO
Hay dos señales que causan extrañeza en el Palacio Legislativo respecto de la iniciativa de reforma eléctrica que propuso hace meses López Obrador, teniendo como Cámara de Origen a la de los Diputados.
Para que no se hagan bolas, el presidente ya le mandó decir a los suyos en San Lázaro en diversas ocasiones que a esta iniciativa le deben aplicar el inveterado principio que ha impuesto desde que se sentó en la Silla del Águila… a mis textos no les muevan “ …ni una coma…”.
Además de pronunciamientos previos, después de estar reunido más de cinco horas con John Kerry, el enviado de Biden para temas del clima, reiteró claramente que NO se harán cambios a la iniciativa eléctrica. Un larguísimo comunicado de prensa así lo reiteró.
Luego rechazaría que se vaya a formar un grupo integrado con los gringos para vigilar la aplicación de los temas de observancia del calentamiento global, contradiciendo no solo al Embajador y a la Embajada de los Estados Unidos y al propio John Kerry que salieron a declarar que habría un grupo con ese propósito.
No importando que hubo en San Lázaro un largo Parlamento Abierto. Tampoco que haya pasado toda la oposición empresarial y social por este Foro. Mucho menos que se haya movilizado toda la burocracia de pedigree de la 4T a esas sesiones para chulear de mil formas la iniciativa.
Nada de eso. Es tan simple como que no se atrevan a moverle ni la puntuación, sintaxis y mucho menos el contenido. La iniciativa va como va. Así son las cosas.
El primer elemento es la variable posición pública de Ignacio Mier, pastor de los morenistas, que ante las presiones venidas de todas partes llegó a admitir en entrevistas diversas que habría una nueva versión de la iniciativa, con tendría al menos cuatro cambios sustanciales que podrían ablandar las posturas rechazantes de la oposición en pleno.
En esas estábamos, cuando los de Morena la pusieron difícil. Sin que se le llegue a encontrar razón, los del partido guinda haciendo valer su mayoría en San Lázaro y le pusieron fecha para procesar la iniciativa de modificación constitucional en materia eléctrica.
Y en el uso del ya clásico tengan para que aprendan, citaron con toda cachaza a iniciar la parte fuerte del procesamiento de la iniciativa eléctrica a partir del lunes 11 de abril, esto es, justo al principio de la Semana Santa.
Lo que quiere decir que el dictamen de las Comisiones Unidas va ser llevado al Pleno de San Lázaro precisamente el miércoles Santo, o sea el 13 de abril.
No se le encuentra cuadratura a este círculo, pero la primera aproximación a esto le indica a la oposición que los morenistas están comenzando a apostar al ausentismo entre el bloque opositor. Al cabo los del bloque guinda necesitan apenas arriba de 50 votos sumados a los de sus aliados para que sea aprobada la iniciativa.
Por supuesto que la oposición ya cerró filas y están haciendo ajustes para garantizar que todos sus integrantes estén presentes incluso hasta el jueves santo.
El otro cálculo que se hace es que López Obrador está consciente de que perderá la votación, sin cuadratura de ningún tipo. Ante ese panorama, pues por lo menos les va a echar a perder el período vacacional.
Pero esto es muy poco. López Obrador quiere rentabilizar esa derrota legislativa echándole la culpa a la oposición ante una futura posibilidad de que las tarifas eléctricas suban inmoderadamente por los desconcertantes precios internacionales del gas. Las dejarán ir y lo usará electoralmente en el 2024, señalando a la oposición como culpable.
Un hecho un tanto desconcertante ocurrió el jueves en horas de la tarde cuando un miembro de la bancada del PRI, Marco Antonio Mendoza Bustamante, presentó a nombre de su partido una propuesta eléctrica prácticamente gemela a la de los morenistas.
En una dinámica que se vio extrañísima, unas cuantas horas después el grupo parlamentario del PRI que encabeza Rubén Moreira desconoció tal iniciativa y se dio por no presentada, pero ya habían enseñado las orejas. Por lo menos, mostró que el voto del PRI sobre el tema no es monolítico.
EL NAIPE DE LA CORTE
Si las cosas siguen como aparentan y después de usar los días santos para aplanar sus curules, la iniciativa eléctrica que busca modificar la Constitución quedará en historia para los legisladores.
Es reconocida la terquedad de López Obrador para aplicarle a este país la métrica de los años 70’s y 80´s. Como no podrá por el Congreso, está moviendo los alfiles que ha logrado colar a otro Poder: el Judicial.
En el máximo Tribunal Constitucional del país está una Acción de Inconstitucionalidad contra la Ley de la Industria Eléctrica que ha tenido diversos episodios.
En sus primeras reyertas, López Obrador se desgañitó contra el decente y eficiente Juez Federal Juan Pablo Gómez Fierro por haber obsequiado diversas suspensiones de amparo contra la Ley de la Industria Eléctrica.
El tiempo ha pasado y las descalificaciones contra el Juez también, dejando incólume su prestigio y posición de trabajo, después de la indecente investigación que le mandaron desde lo alto del Consejo de la Judicatura por instrucciones del Palacio Nacional. Ahora, el tema lo tiene la Suprema Corte.
Ya se sabe que la 4T ha decidido tres cosas respecto de los órganos autónomos, que le son contrapesos: una, tratar de desprestigiarlos y castigarlos por la vía presupuestal, como al INE; dos, dejarlos que entren en una especie de extinción al no renovar a los Comisionados que van terminando sus funciones, como la Cofece, el Ifetel y ahora entra a esa posibilidad el INAI; y tres, colonizarlos mandando a incondicionales a que se integren a sus Plenos.
Es lo que pasa en la Suprema Corte. López Obrador ya mandó al Tribunal Constitucional a cuatro de los suyos, aunque una ya se le volteó. Son de su grey las ministras Yazmín Esquivel y Loretta Ortiz y el ministro Juan Luis González Alcántara Carranca. Si a ellos se suma al presidente que actúa como ministro orgánico del régimen Obradorista, suman 4.
La acción de inconstitucionalidad contra la Ley de la Industria Eléctrica está en manos de una exdiputada del PT, activista que obró en contra de la reforma eléctrica de Peña, que ahora estructura una ponencia en la que declara que la LIE NO es inconstitucional.
Para que la Corte la declare Inconstitucional necesita 8 votos. Solo tienen 7. Los tres ministros de la 4T y con el incondicional presidente juntan cuatro, por lo que es previsible que la semana próxima la Ley en cuestión NO será declarada inconstitucional.
Lo que ganará López Obrador con esta decisión de la SCJN será, dicen los especialistas, es que a la CFE se le dejará el papel de tener prioridad en el DESPACHO de la energía que produce, por encima de los otros generadores, sea cual fuere el origen de la energía que entregan a la red de distribución.
No importará que la CFE produzca energía con combustóleo o carbón: tendrá prioridad por encima de empresas privadas.
A fin de cuentas, Amlo podrá someter a las otras empresas que no son la CFE.
No pasará su iniciativa de modificación constitucional, pero sus leales de Toga y Birrete le darán una ley para que finalmente opere lo que quiere.
Igual que hace años la amiga de López Portillo, SE METIÓ A LA CÁMARA, POR LA RECÁMARA, como la Diputada amiga de López Portillo.
Les deseo un gran día de sol.
FB Eduardo Arvizu Marin
www.arvizumeduardo@gmail.com