El caso de Valeria Landeros, quien fue localizada sin vida el viernes tras ser desaparecida por integrantes del crimen organizado en un acto que simplemente no tiene razón de ser al tratarse de una joven que había salido a divertirse con un grupo de amigos, enciende los reclamos feministas en vísperas de las movilizaciones que seguramente se darán en marzo próximo.

El grupo de jóvenes, levantados por un grupo armado, y de los que solo sobrevivió una chica que dio aviso a las autoridades y pudo relatar cómo se dieron los hechos, ha encendido la indignación no solo de la sociedad zacatecana, sino también del país e incluso más allá, y llevado a que la población de ese estado exija la renuncia del gobernador David Monreal por que éste no ha sido capaz de contener la ola de violencia que sacude a la entidad.

Durante 2020 el reclamo femenino fue un gran tema de discusión que llevó a un gran paro nacional para visibilizar la presencia y el enfado de las mujeres, pero la pandemia puso pausa en muchas de las concentraciones de mujeres, aun cuando el problema de fondo continuó y la exclusión y la violencia contra ellas siguieron. Incluso el confinamiento sanitario exhibió otras clases de violencia doméstica en la que las principales afectadas fueron las mujeres.

Y si la pandemia hizo que el tema de la salud se antepusiera en los dos últimos años a las demandas de las mujeres por una sociedad más igualitaria y sin violencia, nuevos casos de feminicidio vienen a sacudir la conciencia nacional en demanda de igualdad y seguridad para todos en este país.

Por ello hay una necesidad de retomar la agenda femenina. Lamentables hechos como el sucedido con Valeria recuerdan que en el tiempo que ha transcurrido desde el estallido del movimiento feminista en México, no ha ocurrido ninguna solución de fondo, por lo que la magnitud de la ola de indignación que casos como el de esta joven, harán despertar una vez más la furia de las mujeres mexicanas.