Al menos en el último cuarto de siglo, México ha sido considerado con frecuencia una promesa económica con potencia para convertirse en un importante jugador de la economía mundial. Entre 1999 y 2003 el país formó parte del selecto grupo de las 10 economías más grandes, incluso alcanzó el octavo lugar en los primeros dos años del gobierno de Vicente Fox.

Fue en ese periodo (2007) cuando Goldman Sachs pronosticó que México sería la quinta economía del mundo en 2050, por detrás de China, Estados Unidos, India y Brasil. A 15 años de esa proyección, se ve prácticamente inalcanzable que se cumpla. La promesa económica se truncó.

Y es que, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, México descenderá dos posiciones en el listado de las economías más grandes. Para 2023 México habrá pasado del lugar 15 al 17 cuando sea rebasado por Irán e Indonesia. Dentro de un año el país ocupará el mismo sitio que tuvo hace 34 años, en 1988.

Para determinar la posición de los países, el FMI se basa en estimaciones del Producto Interno Bruto de cada nación, y anticipa que, por el comportamiento actual de su economía, México va a perder dos posiciones, en un listado que considera a 190 naciones.

En una comparación con las naciones que arrebatarán a México el lugar 15, hace 20 años nuestro país tenía una economía dos veces más grande que la de Irán y hasta cuatro veces mayor que la de Indonesia. Muchas cosas han hecho mejor esas naciones para generar mayor riqueza que México.

El crecimiento económico ha sido la gran promesa incumplida al menos en las últimas tres décadas; desde la cifra de 7% anual que ofrecía el entonces candidato Vicente Fox, hasta las metas planteadas por el actual gobierno en el Plan Nacional de Desarrollo, donde se fijó un crecimiento económico promedio de 4% y de 6% para 2024; hasta el momento, el balance para el periodo 2019-2021 es negativo.

Es claro que la pandemia golpeó al mundo por igual, pero en este momento, cuando parece estar siendo superada, hay países que están resolviendo los desajustes económicos con medidas que les permiten retomar rápidamente su crecimiento económico. México, en cambio, registra bajos niveles de inversión. Las recetas para alentar el crecimiento no son un secreto. Hay naciones que la han aplicado y están dejando de ser promesa para convertirse en realidad. Tristemente, esa no es la situación mexicana.